Descolonizar el museo del siglo XXI

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El profesor mexicano Vicente Alejandro Ortega Cedillo intercambia con los participantes en el Taller Museología y Sociedad. Foto: De la autora

“América Latina ha alcanzado su independencia política pero aún no ha logrado del todo su independencia filosófica”. Con esta rotunda afirmación inició el profesor mexicano Vicente Alejandro Ortega Cedillo la conferencia impartida en el Taller Museología y Sociedad, que por estos días tuvo lugar en la ciudad de Matanzas.

Este docente de la Universidad Autónoma Metropolitana de México ha encabezado numerosos proyectos de colaboración académica con nuestro país; los más recientes han sido firmados durante las sesiones del cónclave yumurino.

Ortega Cedillo es un apasionado de las culturas precolombinas que defiende la necesidad de mantener las piezas en sus lugares de origen, para preservar y potenciar los sitios arqueológicos.

Un equipo del periódico Girón conversó con él sobre su visión del museo: descentralizadora, heterodoxa, enfocada en acercar el patrimonio a los pueblos, quienes son, en definitiva, protagonistas de la historia. 

“Se comienza a descolonizar cuando nos abstenemos de copiar las reglas dictadas por el racionalismo, el funcionalismo, el deconstructivismo y otros movimientos europeos.

“¿Por qué hay que seguir las reglas dictadas por ellos? Nuestra manera de pensar debe empujarnos a marcar distancia, para entender nuestra historia y trabajar en función de lo que tenemos”.

En la opinión de este especialista, el museo tiene que comenzar su defensa de la identidad desde la propia concepción de su inmueble.

“Por ejemplo, ahora en México nos estamos basando mucho más en la arquitectura prehispánica. Algunos arquitectos están tomando la característica del patio central colonial pero, antes de que llegaran los colonizadores, nosotros ya lo teníamos en Teotihuacan y en Tula, porque es una forma eficiente de organizar un espacio colectivo. 

“En el caso del color, los colonizadores nos trajeron sus tonalidades, pero aquí ya teníamos una paleta propia, adaptada a la temperatura, a las inclemencias del clima. Luego las modernidades europeas renunciaron al color y todo se hizo blancos, grises, pero los latinos somos color”.

Desde su punto de vista, tiene que darse un proceso de síntesis entre lo nacional y lo foráneo, porque la globalización es un hecho y negarla también constituye un error, pero sin permitir que vengan a decirnos cómo contar nuestra historia. 

“El museo debe ser una institución abierta al público e inclusiva que nos ayude a mirarnos como cultura”, resume el profesor mexicano para luego enviar una advertencia: “Conozco bastantes centros cubanos que cumplen con este concepto, pero también existen lugares donde está sucediendo lo mismo que en México, hay una tendencia a la centralización y a concentrar las grandes colecciones en las mayores urbes.

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SAQUEO MATERIAL E INMATERIAL

Para Ortega Cedillo el proceso de descentralización de los museos en todo el orbe implica también el regreso de la riqueza arqueológica que las potencias europeas sustrajeron durante siglos. 

“Desearía que España nos devuelva todos los códices y otras piezas que se robaron”. 

Resulta evidente para él que el saqueo de las grandes potencias ha evolucionado del plano de los patrimonios materiales a las áreas de la cultura y de la representación.

“Estados Unidos le ha reescrito la historia al mundo. Recientemente nos hicieron una película del Día de Muertos; antes Mel Gibson había dirigido Apocalypto, sobre los mayas. Nos están contando nuestra tradición. Por otra parte, hay cine mexicano que parece norteamericano”.