Unión de Reyes celebró, del 29 al 31 de marzo, la Jornada de Teatro Abelardo Estorino, que reunió en ese pueblo de larga tradición teatral, y con uno de los mejores públicos que se puede tener, a agrupaciones matanceras como Teatro Icarón, El Mirón Cubano, Circo La Rueda, Nova Danza, Despertar de Ilusiones,  Compañía Danza Espiral, Teatro Papalote, la villaclareña El Mejunje y la habanera Pálpito. 

Con el cierre de la puesta Alejandría, de Ulises Rodríguez Febles, la última  puesta de Pedro Vera para Teatro D’ Sur, el evento fue muy diferente a otros anteriores, porque es la primera vez que se desarrolla sin la presencia de su líder fundador. A este se le rindió homenaje en el Espacio Memorias, en esta ocasión conducido por el actor y director actual de Teatro D’ Sur Wilfredo Mesa, y con una peregrinación al cementerio local.

También es la primera vez que se realiza completamente en la recién inaugurada sala Pedro Vera, en el centro del pueblo, y no en la habitual Casa de Cultura Pablo Quevedo, lo cual propició un encuentro teatral en un espacio que, aunque necesita ciertos requerimientos tecnológicos y de terminación, es una digna sede para el teatro unionense y  las figuras que sustentaron esa tradición, como Eloísa Álvarez Guedes, Abelardo Estorino y Pedro Vera González-Quevedo. 

La presencia de Pálpito, además del siempre presente El Mejunje, diversificaron la programación del evento. Que entre las obras presentadas se encuentre «Las penas no saben nadar», de Estorino, interpretado por Valia Valdés, de alguna manera contribuyó a recordar al inolvidable autor, que tanto la acompañó con su presencia y su obra. 

El público unionense, que ha visto mucho los textos de Estorino en sus tablas, fundamentalmente el monólogo escrito para la actriz Adria Santana, y que ahora mismo se pone en varios escenarios de Cuba y del mundo, es un espectador informado y de gran sensibilidad crítica, que aplaudió innumerables veces al autor de Vagos Rumores, La Casa Vieja.

El recuerdo de Pedro Vera acompañó cada instante del evento que él creó y ayudó a fomentar, contribuyendo a formar ese público y su conocimiento de un repertorio teatral. Durante tres días, Unión de Reyes vivió una intensa jornada, en que se mezcló el teatro para niños y de adultos, la danza y el arte circense, las presentaciones en salas y en espacios abiertos, con obras de diversos estilos y estéticas.

Su culminación  fue un gran regalo a su memoria, a sus aportes, a su espíritu  fundador. Un nuevo ciclo de una historia que sirve de preámbulo a la celebración en enero del 2025, de los cien años de Abelardo Estorino, que tendrá su último instante en el municipio más teatral de Matanzas.