Nueve mujeres matanceras que inspiran

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Matanceras que inspiran. Ilustraciones: Carlos Daniel Hernández León

Según datos proporcionados por la Federación de Mujeres Cubanas, son las matanceras el 44,3 % de los trabajadores del sector civil, más del 70 % de la fuerza técnica y profesional y el 80 % de los jueces y fiscales del territorio. Casi el 50 % de los cuadros profesionales son mujeres, así como también el 30,3 % de los trabajadores del sector no estatal. 

Las cifras no maquillan en absoluto las brechas de género existentes en el país, con relación al empleo o la representatividad política a pesar de las políticas públicas impulsadas en los últimos años. No obstante, sus historias tienen en común la posibilidad del éxito liderado por el talento de las mujeres en sectores diversos. 

Por suerte, cada vez son más los modelos de mujeres que rompen moldes y se imponen a prejuicios y estereotipos, las que asumen con entereza caminos de liderazgo, emprendimiento, y demuestran con ello que no hay imposibles cuando sobresale el talento, el conocimiento y la fuerza para cumplir cada meta y superar obstáculos. 

Son ellas paradigmas para otras tantas que recién inician la ruta. Por ello, este 8 de marzo celebramos la impronta de estas 9 matanceras inspiradoras. Son muchas más las hijas de esta tierra que han dejado huella en la cultura, las ciencias o el deporte; sin embargo, hoy les proponemos apenas una selección de las que a nuestro juicio representan ejemplos de consagración, fortaleza y compromiso en Matanzas. 

1-María del Carmen Domínguez Horta (1965) 

Mujeres matanceras que inspiran: María del Carmen Domínguez Horta.
Ilustraciones: Carlos Daniel Hernández León 

Licenciada en Bioquímica, doctora en Ciencias Biológicas, investigadora y profesora titular. Especialista principal del Proyecto Enfermedades Autoinmunes e Inflamación del CIGB. Líder Científica de Jusvinza. 

Ha dedicado los últimos 23 años al estudio de las enfermedades autoinmunes, con el objetivo de buscar fármacos efectivos para estas. Fruto de estas investigaciones resultó el medicamento Jusvinza, 100 % cubano, registrado en septiembre de 2023 para el tratamiento de la artritis reumatoide. Durante la pandemia de covid-19, dicha molécula fue incluida en el protocolo cubano para esta enfermedad, contribuyendo a la recuperación de los pacientes.

A lo largo de su carrera ha recibido numerosos premios y reconocimientos. Entre ellos, la Orden Carlos J. Finlay al mérito científico en 2018, la Orden Lázaro Peña de Primer Orden en 2020 y el Premio Nacional de Bioquímica 2021. Asimismo, atesora la distinción Hija Ilustre de Jovellanos. Es la autora principal de más de 52 publicaciones científicas en revistas internacionales y tres logros de la Academia de Ciencias de Cuba, autora de cinco patentes y de un premio Citma a la mayor integración. 

“Es muy importante la incorporación de las mujeres a la investigación científica, con su entrega, inteligencia y dedicación, son capaces de hacer aportes al bienestar de nuestros pueblos. La agudeza y sensibilidad de las mujeres enriquecen las investigaciones científicas, sin lugar a dudas”. 

2- Melissa Blanco Déniz (1997) 

Matanceras que inspiran. Ilustraciones: Carlos Daniel Hernández León

Periodista y narradora deportiva. Primera mujer en narrar béisbol y boxeo en Cuba. Graduada de Periodismo en la Universidad de Matanzas. Actualmente trabaja como presentadora de diversos espacios televisivos y también como modelo. 

Melissa ha logrado abrirse camino en una disciplina donde las mujeres no suelen ser mayoría y en medio de un contexto donde muchos, todavía hoy, repiten que “el deporte es cosa de hombres”. 

“El género influye cuando las personas te valoran en primer lugar por él: primero se sorprenden porque haya una mujer en ese puesto y luego evalúan la calidad de tu trabajo. Ahí sí influye. Sin embargo, hasta el momento, no se ha convertido en un obstáculo para incluirme en la narración deportiva. Ahora bien, el género sí implica un reto porque no existen mujeres que narren. Entonces, si lo voy a hacer, tengo que hacerlo bien. No se me puede aplaudir solo por ser mujer, por ser la excepción, debo convertirme en una buena narradora y que valoren como bueno mi trabajo. Eso conlleva esfuerzo y sacrificio, pero realmente tenemos las mismas capacidades que los hombres”. 

3- Marieta Poey Zamora (1967) 

Vicegobernadora de Matanzas. Licenciada en Informática. Graduada del curso de Alta Gerencia en la República de México, se ha superado en temas de la defensa y de administración pública. Se ha desempeñado como vicepresidenta y presidenta de la Asamblea Municipal de Unión de Reyes. En 2017 fue promovida a secretaria del Consejo de la Administración Provincial en Matanzas y en ese propio año a vicepresidenta para el Órgano de la Administración.

Fue Vanguardia Nacional durante cinco años consecutivos del Sindicato del Comercio, la Gastronomía, los Servicios y Cimex. 

“Siento mucho orgullo de ser mujer, negra y dirigente. Por eso amo y defiendo a mi Patria y a la Revolución. Ser dirigente constituye un compromiso enorme con el país, por eso el principal reto es el bienestar y la calidad de vida de la población. Vivimos un año sin dudas desafiante, en el que tenemos que trabajar duro como servidores públicos que somos”. 

4- Taymí Martínez Naranjo (1987) 

Médica. Graduada en la Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas, con Título de Oro. Cumplió misión internacionalista en la República Bolivariana de Venezuela en dos ocasiones. Ha transitado por diferentes responsabilidades en el Hospital Clínico Quirúrgico Docente Faustino Pérez hasta la que ocupa actualmente. 

Mantuvo un papel protagónico al frente de su colectivo durante el enfrentamiento a la covid-19, el dengue, así como en la atención a los lesionados en el incendio de la Base de Supertanqueros de Matanzas. Es miembro del Consejo de Estado de la República de Cuba. 

 

“Mi aspiración era convertirme en cirujana. Esta es una especialidad fuerte, a tal punto, que algunos la consideran solo de hombres. Para mí fue la confirmación de que todo es posible. Era madre de una niña de 11 meses y demostré que podía con ambas tareas. Fue una experiencia que rompió con el estigma de que las mujeres no somos buenas cirujanas”. 

5- Judith Rodríguez Reyes (1986) 

Líder y fundadora del grupo especializado en operaciones y socorro hace 19 años (GEOS). Graduada de técnico medio en Informática. Ha colaborado como rescatista en numerosas ocasiones, pero sin dudas destaca entre ellas su gestión en las labores de rescate del incendio del Supertanquero, y en el accidente de la CTE Antonio Guiteras. 

Posee entre otros reconocimientos la Medalla al Valor, la Orden Mariana Grajales, la Distinción 28 de septiembre así como de conjunto con el GEOS la bandera de proeza laboral. 

“Ser mujer y rescatista es un gran reto, pero además dirigir un grupo de rescate mucho más. Siempre digo que el respeto no se impone, se gana, y creo que me lo he ganado a lo largo de tantos años y ‘mi tropa’, como les digo, saben que siempre los traeré a salvo. En GEOS somos más mujeres que hombres. Es una labor muy difícil para las mujeres porque siempre se ha visto como un trabajo de hombres, pero en GEOS entre todos hacemos un excelente equipo, marcamos la pauta en las decisiones que se toman y la admiración por el trabajo es mutua”. 

6- María Laura Germán Aguiar (1989) 

Matanceras que inspiran. Ilustraciones: Carlos Daniel Hernández León

Actriz, dramaturga y escritora. Graduada de Dramaturgia en el Instituto Superior de Arte. Actriz de Teatro de Las Estaciones. Ha trabajado además en el grupo de teatro El Portazo. Ha incursionado en la televisión en el espacio Corazón Feliz, la telenovela El derecho de soñar, y otros, así como en programas del grupo dramático de Radio 26, entre los que sobresale Buenos días, Pelusín

En 2023 lanzó su primer proyecto como directora con la obra I want

Ha obtenido entre otros los premios Concurso Internacional de Dramaturgia Titiritera para Mujeres Renée Potts 2024, premio Caricato de la Asociación de Artistas Escénicos de la Uneac, premio Aldabón por su libro de narrativa Fabio. Asimismo, destacan en su haber el Premio de actuación Adolfo Llauradó, la distinción Conde Alarcos, entregada por la Uneac matancera, y el Premio La Edad de Oro de teatro para niños. 

“Tengo padres, pero no padrinos; para mí cada paso y cada logro —frutos del trabajo ininterrumpido, el aprender diario, la observación profunda, la disciplina a veces agotadora, la lectura obsesiva y el hacer y deshacer constante— por pequeños que sean, siempre han significado un triunfo y una demostración de que no importa dónde estés ni con qué género te reconozcas, sino tus ganas y tu empeño. Hay días, hay rachas, hay tormentas menos comprensibles, menos atravesables que otras… pero nada es imposible. Trabajar a los 19 años junto a actores de la inmensa talla de Fara Madrigal, Yerandy Basart y Rubén Darío Salazar no me dio alas, me las curtió. A mano. Compartir mi carrera con Iván García es lo más cercano a la certeza de que lo estoy haciendo bien. Cada uno junto a los que he caminado, corrido, resistido y sudado me han enseñado a valorar lo inmenso de un segundo de aprendizaje”. 

7- Sol Angel Betancourt Puñales (1955)

Pedagoga e investigadora. Licenciada en Educación Primaria. Desde el 2017 funge como presidenta de la Asociación Cultural Yoruba de Matanzas, siendo la primera y única mujer que ha ocupado ese cargo dentro de la Isla. 

Cumplió misión internacionalista en Angola en dos oportunidades. Ha estudiado las dinámicas de la transmisión de la tradición yoruba, y la necesidad de establecer un registro teórico que salvaguarde este conocimiento. Actualmente, trabaja también como metodóloga de Español Literatura. 

“Mis homólogos de otras provincias me preguntaron cómo yo, siendo mujer, podía lidiar con una provincia como Matanzas, con tal trayectoria religiosa. Les respondí: ‘como mismo ustedes lo hacen’. Lo que pasa es que muchos tenían esos prejuicios sobre la mujer. ¿Si nosotras ocupamos puestos en el parlamento, cómo no vamos a poder hacerlo en la Asociación Yoruba?”. 

8- Laura Ruiz Montes (1966) 

Poeta, traductora y editora. Autora de una reconocida obra lírica en la que aborda realidades, preocupaciones y esperanzas cotidianas. Ha escrito también teatro, ensayo, narrativa para niños y crítica de arte. Durante más de dos décadas ha desarrollado, igualmente, un encomiable trabajo editorial en Ediciones Vigía. 

Ha obtenido, entre otros, el Premio de Poesía en el concurso Bonifacio Byrne, 1985; Premio Pinos Nuevos 1993, género poesía; Premio Hermanos Loynaz, en novela para niños, 2003; y mención en el concurso de crítica de arte Guy Pérez Cisneros 2009; el Premio de la Crítica Literaria en tres ocasiones: 2008, 2012 y 2022. También ha sido merecedora del Premio Uneac 2016 en poesía y del Premio Nacional de Traducción. 

“Soy una mujer que ha escrito y escribe, en muchos momentos, sobre la cotidianidad. Una mujer que también ha estudiado e investigado a otras mujeres creadoras no solo en su universo creativo sino también en la relación entre esos propios universos creativos y la cotidianidad. Esto es algo que me interesa especialmente. Durante siglos, la mujer ha sido destinada, empujada, obligada a los muchas veces ‘oscuros’ rincones de la cotidianidad, a las labores difíciles del día a día… Muchas veces hemos sido enclaustradas en esos espacios para tratar de convertirnos en una especie de sombras de la otra vida, la que supuestamente no es cotidiana sino más ‘especial’ y ‘elevada’, la de los hombres, por supuesto. Por ello, creo que es esencial elevar la voz desde ese mismo espacio, que en verdad es un genuino campo de batalla, el sitio exacto de las duras contiendas.

“Es muy importante estudiar el rol de la mujer en esa cotidianidad, respetarlo, entonar el canto épico que la mujer merece. Y si desde esos rincones hemos saltado vallas y roto esquemas, es fundamental que se sepa, que se narre, que se comparta la experiencia, el trabajo hecho, la guerra librada durante tanto tiempo que nos condujo hasta aquí y nos permitió, entonces, tener voz y voto en todos los otros terrenos de la existencia”. 

9- Yaimeé Hernández Vicens (1987) 

Emprendedora, fundadora y líder de Le Fetuccine. Se graduó en 2010 de Ingeniería biomédica; sin embargo, como ella misma afirma: “Todos llevamos un oficio por dentro y decidí apostar por el mío, que era la cocina”. 

Creado en 2015, el pequeño espacio que dirige se ha reconocido como uno de los emprendimientos de comida italiana más estables y mejor posicionados dentro de la población matancera. Quizá la técnica de producir la pasta fresca sea el secreto tras el que muchos regresan a este pequeño negocio de la Calle Milanés en la urbe yumurina. 

“Nos complace mucho que la gente no solo venga a degustar platos de comida italiana, sino que se interese por esta cocina en la que la variedad es inmensa. Eso hemos intentado en Le fettuccine, sostener a pesar de las carencias la variedad y es muy gratificante ver ese interés por lo que hacemos, y a la altura de casi 10 años, comprobar que hemos contribuido a esa cultura culinaria en Matanzas. 

“Sostener un emprendimiento así no ha sido sencillo porque implica una labor de gestión fuerte en la que a veces no siempre son bienvenidas las mujeres. Se nos aísla un poco de ese ‘mundo de los negocios’. Hay proveedores, por ejemplo, que subestiman nuestras capacidades o que simplemente prefieren trabajar con hombres. No ha sido un tema que me haya afectado, pero sí es una tendencia que muchas veces, de manera más o menos explícita, he vivido”.