Hasta ahora creíamos que dormidos no podíamos interactuar. Sin embargo, un equipo internacional de científicos ha logrado entrar en los sueños de personas profundamente dormidas y comunicarse con ellas. Se abre la llave para llegar a un desconocido espacio de nuestro cerebro. 

De volar por el mundo a ser héroe de su propia película. Hay un lugar donde todo es posible. Son los sueños. Al entrar en nuestros sueños desconectamos. Activamos el piloto automático y nuestro cuerpo se abandona.

Mientas estamos dormidos y soñando nuestra consciencia se apaga por unas horas. Pero y ¿si lográsemos mantenerla encendida?

En una Universidad de Illinois, han conseguido colarse en los sueños. Y no sólo eso. Han ido más allá y han mantenido conversaciones con unos participantes profundamente dormidos.

Desde preguntas sencillas hasta operaciones matemáticas. Todo eso han sido capaces de responder los durmientes desde el otro lado.

No han respondido con palabras, sino con gestos. Una especie de código morse a través de los párpados. Movimientos de izquierda a derecha para comunicarse con el mundo exterior. Todo un avance para la neurociencia y un paso más hacia el inexplorado mundo de los sueños.