El miércoles 25 de febrero de 1835 comenzó en Matanzas un “extraordinario espectáculo de animales vivos”. Se exhibieron al público dos elefantes, tres monos y tres caballitos. Estos habían sido trasladados desde Norteamérica a la capital, y de esta a Matanzas, por los señores de Banks, Trask y Compañía, quienes arrendaron el Teatro Principal, enclavado en la calle Manzano.