Grupo Nuestra América. Foto: Radio Ciudad Bandera

Casi sin pena ni gloria, como diría el cantor, arribó el grupo Nuestra América a sus 50 años de vida artística.

Lamentablemente, hubo escaso alborozo por la «media rueda» de la agrupación cardenense. Los creadores que trabajan al interior del país tienen a veces menos visibilidad y reciben poca promoción. Es una realidad, no es fantasía.

La celebración del Día de la Cultura Nacional dio inicio la mañana de este viernes 20 de octubre en la sede del Gobierno de Matanzas con el homenaje a personalidades que cumplen aniversarios cerrados de vida artística.

Con la presencia de Susely Morfa González, primera secretaria del Partido en la provincia; Mario Sabines Lorenzo, gobernador de Matanzas y Osbel Marrero, director de cultura en el territorio, comenzó la actividad con las notas del Himno de Bayamo, en la voces del Coro de Cámara que dirige el maestro José Antonio Méndez.

La sede de Ediciones Vigía acogió la Presentación del la plaquette «Boleto de Ida» del escritor espirituano Luis Manuel Pérez Boitel con un texto que aborda un tema tan complejo como la emigración.

El diseño estuvo a cargo de Marialva Ríos, quien trabajo el concepto de la plaquette a partir de los colores patrios y empleó elementos asociados al viaje, la añoranza y la ruptura, como son la maleta, el avión y el cierre del pantalón.

Con un desfile de moda que contó con el diseño de prestigiosos creadores de la talla de Alexander Rodríguez, Mariela Alemán, Juan Carlos Jiménez, entre otros, quedó inaugurada en el Espacio Galería 34 de Varadero una expo colectiva dedicada a los 35 años de creada la filial matancera del Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC).

Según Luis Cordero Peguero, la cultura es transformación, sin perder de vista la necesaria reverencia a las raíces identitarias. “Tiene el poder de dar vida”, afirma con un convencimiento similar al de Arquímides cuando develó cómo “mover el mundo”.

Si hiciéramos una analogía, para este apasionado escritor, investigador y promotor, el arte es el punto de apoyo, la vía para trascender, para que las prácticas culturales autóctonas se abran paso con una belleza aleccionadora.