Promotores, portadores de tradiciones, historiadores y artistas aficionados, se incluyeron entre los 15 agasajados con la Distinción Vitral de Mi Ciudad, que otorga la Dirección Municipal de Cultura en Matanzas a personalidades e instituciones con notable aporte y apoyo al sector.

Resultó ardua la labor de selección en esta ciudad de poetas, cantores, historiadores y de mucho amor, ventana de la identidad de Cuba para el mundo, resaltó Milvia Rivero, directora municipal de Cultura en Matanzas, en el Salón de los Espejos del Teatro Sauto, Monumento Nacional.

“Vinimos a Matanzas a hacer un concierto bonito y que la gente disfrute. Este es un lugar de raíz”, estas fueron las palabras de Carlos Alfonso, director de Síntesis, a pocos minutos de comenzar el concierto de la noche de este viernes 13 de octubre, como parte de las actividades de celebración por el 330 aniversario de la ciudad.  

Durante aproximadamente una hora de espectáculo, el público congregado en la plaza Entre Puentes pudo disfrutar de lo más emblemático de su repertorio: Asoyin, Aguanileo, Iyaoromi, Sin ti no soy, Si yo fuera, temas que fusionan la herencia sonora afrocubana con ritmos contemporáneos como el rock y el jazz.

Se ha dado a conocer en las últimas horas que la Asociación Hermanos Saíz  ha otorgado su Premio Maestro de Juventudes 2023 al diseñador Zenén Calero Medina y al actor y director Rubén Darío Salazar Taquechel,  cuya entrega será efectuada el próximo miércoles 18 de octubre en el Memorial José Martí de la Capital. 

Zenén de Jesús Calero Medina nació en Cárdenas en 1955 y se dio a conocer en el ámbito de las tablas por sus excepcionales creaciones para Teatro Papalote, en piezas emblemáticas de la compañía como Nokán y el maíz, El gran festín o Los Ibeyis y el Diablo

En una emotiva y muy bien pensada gala, se entregaron en esta ciudad de Matanzas los Premios Esperanza 2023, reconocimiento que agasaja a esos seres indispensables que se destacan por un continuo e intenso trabajo a favor de las personas que conviven con VIH.

Con el auspicio del Centro de Prevención ITS-VIH-SIDA y Hepatitis, el homenaje se convirtió en una gran fiesta cultural y comunitaria, gracias al apoyo del Proyecto AfroAtenas, que convocó a los vecinos de la calle San Ignacio y sus alrededores a disfrutar de un espectáculo de excelente calidad.

La transición de centro de información a documentación, y luego a Casa de la Memoria Escénica, además de las circunstancias, pasa por la conceptualización teórica y práctica de qué es cada cosa, qué ha sido en sus diferentes etapas y qué pretende ser, sin dejar de suponer un archivo.

Pero todo transcurre por la ética, sin cuya esencia, desde mi punto de vista, no sobreviven los archivos –y en este caso me refiero al escénico, definición fugaz, inatrapable, por ser casi inexistentes en nuestro archipiélago, al menos como proyecto institucionalizado–, y con ellos el patrimonio que se conserva, que desafía a las bacterias, las temperaturas, el espacio inexistente o inadecuado, la ineptitud.