Son en total veinte epístolas, fechadas en un periodo que va desde 1937, Cintio adolescente aún, tras mudarse con su familia de Matanzas a La Habana, hasta 1948, cuando nace su hijo Sergio, según le comenta a su amigo Argenter en la ciudad yumurina.

«El joven Cintio habla de lo que habla un joven, aunque no uno cualquiera sino uno muy maduro, en el que se trasluce una gran sensibilidad y una gran cubanía», asegura Caridad Contreras Llorcas, a cargo de la selección, el prólogo y las notas de Cartas a Mario, como se titula el libro. 

«Habla aquí de su vida en La Habana —añade la investigadora— pero trasmite su nostalgia por esa Matanzas que ha dejado atrás; habla de la familia, de los amigos, de las salidas en la capital y muy especialmente, como era de esperarse, de música, de escritores, de libros, de su propia obra literaria que va naciendo y gana reconocimiento».

Caridad Contreras advierte que en esos mensajes se aprecia «una gran amistad entre ellos, la cual, por cierto, perduraría en el tiempo, al punto que medio siglo después, cada vez que Cintio arribaba a Matanzas como invitado de algún evento, pedía que le abriesen un espacio en el programa para ir a casa de Argenter».

Con edición de Alfredo Zaldívar y diseño de Johann E. Trujillo, Cartas a Mario incorpora asimismo fragmentos de algunas obras literarias en las que Cintio hace referencia a Matanzas, ciudad en la que viviera parte de su infancia y adolescencia.

Jacqueline Méndez, especialista en promoción de Ediciones Matanzas, ha informado que este libro se presentará en formato digital, como parte de una jornada de homenaje por el centenario de Cintio que tendrá lugar en la ciudad de Matanzas, el próximo 25 de septiembre.

*Cubaliteraria