La exposición titulada Otra vez la araña, del diseñador Johann E. Trujillo Rodríguez, con 14 libros de arte en homenaje al centenario de la poetisa Digdora Alonso, rebasa el espíritu de las obras, para ofrecer a la luz el talento del artista, consumado en 25 años de fecunda labor.

Exhibidos en la Casa de la UNEAC yumurina, los cuadernos y su esmerada decoración ambiental, adentran al espectador en lo que se vaticina como viaje onírico y seductor de encuentros entre el arte y la literatura, conjugados en estos dos matanceros de alta valía dentro de la cultura nacional.

Son  poemas, afiligranados cada uno en gran formato con uso del cartón y la habilidad, calificada por Amarilys Ribot en su presentación y catálogo, de “mestizaje de las técnicas de impresión digital y serigrafía, pintura, pegado, cosido, tintura, prensado, endurecido y patinado con reminiscencia del cartel y del atrezo teatral.”

La muestra y el montaje hacen honor a los escritos de distintivo estilo digdoriano, conocidos por sus fervientes lectores; me refiero a “Mirando el retrato de una reina”, “Por una pregunta”, “Bajo el hongo”, “Coleccionista de mariposas”, «El padre Antonio” y “Otra vez la araña”, entre los más destacados, por su hondo mensaje humanista y filosófico.

Al inaugurarse la exposición, que contó con la curaduría de Jacquelín Méndez, el artista tuvo palabras de elogio para su maestro e inspirador de la muestra en tributo a Digdora, el prestigioso diseñador y  fundador en Matanzas del libro de arte, Rolando Estévez Jordán. De igual forma ensalzó el apoyo que durante estos años ha sentido a su alrededor, lo cual le ha permitido revelar sueños y fascinaciones.

Deleitaron con su música la trovadora Lien Rodríguez y su hija Luna Pantoja, violonchelista. Momentos después comenzó el espacio “Como ángel cierto”, auspiciado por la Casa de las Letras Digdora Alonso y su director Alfredo Zaldívar, en esa tarde especial con Johann como invitado. El escritor y teatrista Ulises Rodríguez Febles usó de la palabra y expresó:

“Johann es una sorpresa en cada nueva aparición; atrapa universos,  tan disímiles y contrastantes, de géneros, estilos, tendencias y los devuelve convertidos en arte, con las esencias y exquisitez de su creación.

“Expuestos sus libros, revistas, afiches, en un conjunto, destacan su sensibilidad para atrapar y discernir las metáforas que viven en las interioridades de la palabra escrita; porque Johann es un poeta de la imagen, que sabe que en cada diseño suyo hay una esperanza para los autores de este país, un libro único, revelador de las entrañas de lo que hemos escrito, un libro que es una búsqueda y una mirada inédita”.

La entrevista la condujo la escritora Maylan Álvarez, quien con su amenidad peculiar logró descubrir detalles poco conocidos del artista y,  a seguidas, le fueron entregados estímulos en nombre de instituciones de la provincia y personalidades que aprecian su obra.

Presentes se encontraban Osbel Marrero, director provincial de Cultura; José Manuel Espino, presidente de la filial de la UNEAC matancera y Efrahím Pérez, director del Centro provincial del Libro y la Literatura.

Trujillo constituye en la actualidad uno de los principales diseñadores gráficos de la nación, con una ejecutoria avalada en obras de ediciones Vigía, donde se inició en 1996; Matanzas, forja permanente; y Aldabón, reto innovador, e invitado a otras editoriales del país y del extranjero, además de marcar su huella en el ámbito teatral, en Sauto, Papalote y Las Estaciones. Ha estudiado y trabajado en España, México, Estados Unidos, Ecuador y Puerto Rico.

En un cuarto de siglo ha obtenido 58 premios nacionales en diversas categorías y ha sido nominado al Premio Nacional de Diseño del Libro por la  obra de la vida, desde el 2013 hasta la fecha. Su obra aparece en importantes colecciones en Gran Bretaña, Estados Unidos, México, España, Francia, Canadá y Austria.

Quien lee estas líneas sobre la trayectoria de Johann Trujillo, pudiera pensar que es un hombre agobiado por el trabajo, los libros y la artesanía; sin embargo, sepa que lo domina el don de la alegría, esa que se observa en el destello de sus ojos y en la cálida sonrisa de sus labios.

En reciente entrevista con Frank Ortega para la página Atenas Uneac Artistas, declaró:

«Diseñar libros es una labor de mucho rigor y responsabilidad. Leo el texto primeramente y a partir de ahí elaboro mis ideas en las que procuro prime la síntesis y la brevedad. Después trato de convencer al autor y al editor que esa es la propuesta correcta. Una buena portada es decisiva para atraer a los lectores.

“El libro de arte es un único libro que un artista hace. Confieso que no sé el número de libros en los que he trabajado, pero sí los guardo todos».