Miriam Muñoz Benítez, una actriz joven en sus 75 primaveras

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Conocí a Miriam Muñoz Benítez en la década de los años 70 cuando actuaba en el grupo del guiñol provincial que luego cambió su nombre por Papalote.

Desde entonces, y en las diferentes variantes de la actuación ya fuera titiritera, dramática o de calle, ella demuestra su calidad artística, más ahora, cuando acaba de cumplir 75 primaveras.

La función de su cumpleaños en la escena de su Teatro Icarón la mostró tan juvenil como cuando disfrutaba de sus actuaciones de la época inicial, sólo que con más audacia y maestría.

La actriz decidió festejar su cumpleaños 75 con la reposición de la obra autobiográfica Las penas no me mataron, y fue largamente ovacionada por el público asistente.

Recibió el aplauso y también el reconocimiento del público y las autoridades culturales. lo que sumará a las trece veces consecutivas de su condición de Vanguardia Nacional del Sindicato, la Distinción por la Cultura Nacional, la Medalla por el Tricentenario de la Ciudad, el Diploma Nicolás Guillén y el Premio provincial de Cultura Comunitaria.

En su carrera artística Mirita recibió en dos ocasiones el Gran premio y Premio de puesta en escena en eventos nacionales de teatro.

Su capacidad y destreza actoral se manifestaron nuevamente en una mujer que vive por y ama entrañablemente su oficio, el cual le valió múltiples premios y reconocimientos a lo largo de su existencia.

Para ella, según confesó, lo más importante es el teatro en todas sus variantes y su mayor placer es hacer y enseñar lo que sabe a las nuevas generaciones de actores. Manifestó además que nunca piensa en la jubilación, pues aspira a estar en un escenario hasta sus últimos días de vida.

Ella recordó lo mucho que ama a su ciudad. Explicó que siente profundamente agradecida del homenaje y aunque alguien se dolía porque aún no ha sido nominada al Premio Nacional de Teatro, opina que su premio mayor está en el aplauso y el reconocimiento del público que la admira, y por eso es muy feliz.