Volvió a sorprendernos Agustín Drake con sus fantásticas creaciones escultóricas, en la muestra expositiva póstuma inaugurada en la sede matancera de la Unión de Escritores y Artistas (Uneac) la tarde de este jueves 20 de octubre, día de la Cultura Cubana.

Otra vez, las cosas de Agustín es el título de esta curaduría que reúne las últimas esculturas de pequeño formato realizadas por el autor, nunca antes exhibidas, y fotografías de algunas de sus piezas más emblemáticas.

“Esta exposición tiene como referente una anterior que hicimos en la Galería Génesis que se llamó Las cosas de Drake”, explicó la especialista Idania Álvarez en sus palabras de presentación.

Me detengo en cuatro piezas a las que le atribuyo una connotación simbólica especial, una especie de armas ensambladas con instrumentos de viento. Hoy que el mundo está envuelto en tantas guerras el maestro no deja de sorprendernos con sus artefactos que nunca van a disparar proyectiles sino notas musicales.

En la opinión de la viuda de Agustín Drake, Leonor Jorge-Vergara, quien también colaboró en la curaduría, se trata de una nueva interpretación concebida por el artista de la conocida frase “el arte es un arma de la Revolución”.

“Él recopilaba materiales que aparentemente no tenían nada que ver y los conjugaba para lograr sus creaciones únicas.”

Igualmente, al atardecer de este día de fiesta para la cultura cubana, quedó oficialmente inaugurada la pieza El corazón del San Juan, una de las últimas que concibió en vida el maestro.

Se trata de una escultura cinética, un enorme corazón rojo hecho de metal, que pende de una antigua grúa en la rivera del conocido caudal yumurino.

Leonor recuerda el devenir de este proyecto: “En los inicios del desarrollo de la industria azucarera, la salida de los productos era a través del río. Agustín se metía mucho en la historia y siempre le llamó la atención lo que quedaba de esas grúas de carga, desde que estaba en la Academia Tarascó.

“Cuando se hizo la primera edición de Ríos Intermitentes él ya pensaba en esta obra, primero de hacerla con materiales efímeros: tela, papel. Después tuvo la posibilidad de que un grupo de jóvenes lo apoyara para realizarlo en metal. Hasta el último momento estuvo pendiente de su ejecución”.

Para Luis Octavio Hernández, artesano y amigo del escultor, quien estuvo implicado en la éxito de esta pieza, el Corazón es un símbolo de la necesidad de llevar la belleza de la reanimación también a la otra orilla del San Juan y cuando lo vemos “nos da esa energía tremenda de pensamiento, de arte, de

cubanía, de esperanza”.

Agustín Drake Aldama nació en Sabanilla en 1934 y falleció el pasado 4 de agosto. Sus esculturas adornan distintos espacios de la ciudad de Matanzas.

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