Darién Peña y su romance con la poesía

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Por: Edilberto Carmona Tamayo, Karina Rodríguez Martínez

“Hay que perder la costumbre y dejar de concebir la cultura como saber enciclopédico”, así comienza un texto de Gramsci que nos habla de la importancia de qué es cultura y que no, de la inteligencia y del hombre. Entre texto del filósofo marxista, canciones de trova y libros de Martí me imagino Darién Peña Prada, un joven escritor cubano quien con Bestia contextual ganó el Premio Calendario 2022.

Este trinitario se licenció en Ciencias Pedagógicas en la especialidad de informática y se aficionó al romance que significa escribir e inspirar pasiones con sus poesías. Cuba Joven conversó con él sobre sus inicios en la literatura, sus pasiones, el Premio Calendario y su participación en la trigésima primera Feria Internacional del Libro de La Habana.

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¿Cuáles fueron tus primeros referentes literarios?

Cada escritor es una confluencia de todo lo que consume artística y culturalmente hablando, hasta el inconsciente juega un papel importante en este tema. Listar una serie de autores como referentes es una injusticia con los que queden fuera y se consuman con más o menos regularidad; aun así, tengo una cantidad de autores que pudiera enunciar, pues su peso sobre mí sé, ha sido determinante.

Incluso, lo de primero es relativo, pues los primeros siguen siendo referentes a los que vuelvo sin miramientos.

Sin caer en una cronología puedo decir con seguridad: José Martí, Alejo Carpentier, José Luis Serrano, Ángela Figuera Aymerich, Joel Herrera, Edgar Allan Poe, Roger Waters, Silvio Rodríguez, Roberto Fernández Retamar, Samuel Feijóo, León Felipe, Jesús Orta Ruiz, Jorge García Prieto, Héctor Miranda Reguera, Roque Dalton, Jorge Luis Borges, Yamil Díaz Gómez, Carlos Galindo Lena, José Eustasio Rivera.

¿Qué te gusta leer ahora?

Poesía, cubana y contemporánea, que se esté produciendo ahora mismo; al menos toda la que puedo conseguir en librerías, puesto que la presencia de libros digitalizados de poesía cubana en las redes es virtualmente inexistente, sobre todo si se piensa el gran volumen de poesía de calidad que se produce en este país; aunque al final siempre regreso a los clásicos, y releo, creo demasiado; soy un animal de costumbres.

¿Por qué escribir poesía?

Es la manera más afín que encontré para traducir y plasmar el entorno que me rodea y dejarlo allí, esperando tocar el nervio de alguien, y de esa manera ser útil.

Creo que ese es el fin último del artista; más allá de toda realización personal, de todo ego crecido, si se es sincero, se ha de esperar ser útil. Y un artista no es útil en el sentido más tangible de la palabra, sino que, al reflejar, acondicionar las maneras de percibir la realidad de una sociedad hacia su entorno o una parte de él se acompaña al individuo, y de esta manera se golpea a uno de los grandes monstruos de la existencia: la sensación de soledad.

Se es útil haciendo un arte sincero: fíjate que a los artistas se le agradece de corazón por su obra. Lo otro que resta es la realización personal, el agigantamiento del ser al realizar una creación (la mía es a través de la escritura, pero cada cual debería encontrar su método).

Leyendo Galimatías sentí que tus versos eran íntimos, personales. ¿Cómo definen tu obra?

Galimatías es una serie de 6 textos dentro de Bestia contextual. En ellos se aborda mi visión sobre el deber del escritor, su obra y cuál puede ser el impacto de ella en la sociedad.

Es difícil para mí definir mi propia obra, pero si tengo que hacerlo creo que la mayoría apunta a una preocupación por la sociedad, por las formas de intercambio establecidas globalmente, la palidez del ser humano ante los desastres que han sucedido y los que se avizoran, la manera de afrontar el futuro por parte de los dueños del poder global, la ridiculez con la que el mercado extiende su cáncer por todo y todos.

Esos son algunos de los temas que me obsesionan, y los que trato de plantear a mi manera en cada texto que voy conformando.

 ¿Qué diferencia al proyecto cultural y literario Callejas?

Creo que la mayor diferencia que posee Callejas con referencia a otros proyectos de manufactura de libros y promoción de la poesía es que Callejas regala los libros. De los 200 ejemplares que confeccionamos, único cada uno en su conjunto debido a la diferencia de portada e ilustraciones entre sí, le cedemos el 5 % al autor, repartimos en el lanzamiento alrededor de 80 libros entre los invitados (artistas, intelectuales, instituciones, vecinos y personas de interés del autor), y el resto lo guardamos para próximos lanzamientos y promoción de la poesía en otras provincias, en festivales.

Además, tratamos que cada lanzamiento, cada presentación, sea una confluencia de diferentes manifestaciones artísticas en lugares públicos, concurridos; tratamos de maximizar el impacto de la poesía, de sacarla de sus cascarones habituales. La sociedad está ávida de poesía, solo hay que izarla ante sus ojos.

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Cuando  Darién no estoy escribiendo o leyendo se pasa las horas editando, diagramando, diseñando, imprimiendo o ayudando en la manufactura de los libros del proyecto Callejas. Es decir que “escapar” de la literatura no es una variante para este joven escritor.

Aun así le gusta mucho la música. Sus raíces familiares, ancladas en una casa completamente musical  y aficionada a la trova forman parte de su ADN. “Disfruto mucho estando en compañía y en descargas con trovadores. No hay género musical más cercano a la poesía que la Trova”.

La naturaleza también está en su lista de pasiones, en especial, el mar y las las acampadas en las montañas. “En este sentido soy un privilegiado, pues Trinidad es una villa que está muy cerca del mar y de la montaña, así que con facilidad puedo acceder a cualquiera de estos sitios”.

Hace mucho calor en la Cabaña, pero la sala Nicolás Guillén esta abarrotada de personas se entregan nuevamente los premios Calendario de la AHS en su edición 2023. Luego de la premiación los ganadores de la pasada edición del certamen saltan al escenario a compartir con el público asiste su obra de la mano del maestro Francisco López Sacha.

La locutora lee los nombres y van subiendo de a uno. Entre ellos está Darién. Su “Bestia contextual” ya está en papel y de ahora en lo adelante formarán parte de la red de distribución y presentaciones que durante todo el año realizará la AHS.

El 2022 fue un buen año, obtuviste el Premio Calendario en el género poesía. ¿Cuál es el siguiente paso para continuar con la racha ganadora?

Creo que terminar un libro con el que uno está feliz debería considerarse ya un triunfo. Los concursos son muy positivos pues posicionan a un escritor en la vida literaria, lo visibilizan, además de que el libro en la mayoría de los casos termina publicado; pero los certámenes no deben ser nunca la antorcha que dirijan la marcha, si no, se está muy a merced de los movimientos de esa vida literaria que puede ser devastadora.

Uno debe preocuparse porque la obra tenga un acabado fino, con el que uno esté feliz, y solo luego preocuparse de participar en cuanto concurso exista… siempre sin perder de vista que la vida literaria y la literatura son dos cosas distintas. Así que mi próximo paso es terminar (sentirlos terminados, que es algo muy difícil en mí) dos libros que tengo en proyecto y luego se verá qué pasa.

¿Cómo marcha el proceso editorial de tu libro?

Uno de los mayores logros que entiende cada escritor para sí es ver sus textos en tinta; cuando uno ve su obra siendo un volumen acabado, con todo lo que esto conlleva, ya siendo un objeto, reclamado su lugar en el plano físico, es un ciclo terminado, un nacimiento sin lugar a dudas.

Este volumen no para de darme alegrías; primero el premio a un libro de sonetos por un jurado al que admiro (siendo esta forma estrófica relegada en la mayoría de los certámenes nacionales donde se prefiere el verso libre o la prosa poética); la participación de un amigo muy querido y talentoso como ilustrador y ahora la espera final de verlo fuera de imprenta.

¿Qué expectativas tienes para esta Feria?

De esta feria espero lo de siempre, un punto de encuentro entre personas hermosas que se reúnen con el libro en el centro como antaño se reunirían alrededor de una fogata. Solo que esta vez tengo algo para aportar al centro de esa luminaria.

 ¿Qué le recomendarías a los jóvenes que quieran dedicarse a la escritura?

Mi consejo es que trabajen. Sin perder la inocencia, tomen su oficio tan en serio como un guitarrista tomara la guitarra para ser un profesional en esta materia y a través de él que fluyan las composiciones de los que lo precedieron.

Siempre digo que, para producir la literatura, la poesía, es como ser un bailarín o un bailador: uno puede salir y bailar y divertirse, y eso está bien; pero si se quiere bailar y dar un espectáculo, si se quiere hacer arte con el cuerpo, ese cuerpo debe transformarse, torcerse a merced de la creación.

Eso lleva un entrenamiento constante, un estudio y trabajo infalible. Si se quiere escribir para plasmar lo que se siente y guardarlo en una gaveta o enseñárselo a sus compañeros, no hay nada malo que se haga de vez en cuando; pero si se quiere hacer arte, si se pretende tensar las cuerdas esenciales del que lo lee; solo, por respeto, se debe hacer un hábito, se debe hacer un voto sagrado con su escritura y tallarla sin fin.

Creo que ha hecho mucho daño la concepción de la “inspiración” o “musa”, de escribir cuando solo se tenga deseos… cuando lo dicte un algo sobrenatural. La inspiración es una ínfima parte que pudiera ayudar a la creación; el trabajo arduo, constante, es lo que hace a una obra sólida. No se puede esperar menos entrenamiento de un poeta que de cualquier otro artista en cualquiera de las manifestaciones.

Si se tiene algo que decir, entonces uno es enteramente responsable de plasmarlo de la mejor manera posible. Cuando un poeta tiene algo que decir, la prioridad es alcanzar la estatura de su esencia.