Cosas que me ocurren

Imprimir
Inicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivado
 
Valoración:
( 0 Rating )

Me han pedido que comparta algunas estampas de mi libro de crónicas. Le he solicitado a mi amigo Randy que publique tres o cuatro. Esta es la primera. Gracias y abrazos.

Hace un tiempo, no recuerdo la fecha, estábamos grabando una nueva versión del tema de presentación de "Con 2 que se quieran" en los Estudios Abdala. Mi productora ejecutiva y asistente personal, Carmen Rosa, se me acercó y susurró al oído: “En el lobby hay un grupo de mexicanos que se enteraron que estás aquí y quieren tomarse una foto contigo”, le dije que me disculpara con ellos , pero no podía abandonar la grabación, además de que estaba en una facha impresentable, con un pullover gris roto y desteñido, unas bermudas, mis tenis Converse y el cabello alborotao.

Carmen Rosa salió del estudio y se los comunicó con tal gentileza que quedaron satisfechos. Pasaron un par de horas y tuve que salir del estudio para ir al baño; los mexicanos aún esperaban; ya los había olvidado. Y ahí se produjo el siguiente e inaudito diálogo entre ellos y yo:

Los mexicanos: ¡Señor, Señor, es verdad que Amaury Pérez está en ese estudio?

Yo: (Confundido) ¡Sí, es verdad!

Los mexicanos: ¿Por favor le podría decir que lo estamos esperando solo para tomarnos una foto?

Yo: (Más confundido) Eso es imposible porque está en un momento crítico de la grabación y no creo que pueda salir.

Los mexicanos: ¿Usted trabaja con él?

Yo: Bueno, no, somos familia.

Los mexicanos: ¿Es su padre?

Yo: (Ya totalmente confundido) No, que va, yo... soy su abuelo.

Los mexicanos: Muchas gracias, señor por atendernos, por favor, dígale a su nieto que México lo ama.

De vuelta al estudio, le cuento a los músicos la absurda situación, y al fin, dubitativo y deprimido les digo: ¡Coño! ¿Y cuándo habrá sido la última vez que esos mexicanos vieron a mi nieto Amaury?