Ahsoka pudo ser El regreso del Jedi del siglo XXI

Imprimir
Inicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivado
 
Valoración:
( 0 Rating )

Ese fondo oscuro con letras rojas con el que inicia la serie Ahsoka no está ahí por gusto, es una manera de conectar directamente con el tono de la temporada final de La guerra de los clones que produjo Disney+, y que los fanáticos llevábamos años pidiendo. 

Aquella temporada se centraba, en mi opinión, en lo que sería el futuro de la franquicia: la no Jedi, no Sith, Ahsoka Tano. Pero, ¿por qué, entonces, esta serie se siente atrapada por una narrativa que por momentos no sabe quién es su protagonista y que cree poder manejar a más de a uno? Y es que sus arcos argumentales, tristemente, no se desarrollan de la mejor manera, se dejan inconclusos, lo cual es una estrategia bastante común en la industria del entretenimiento actual para asegurar una renovación de temporada.

Ahsoka tiene lugar varios años después del conflicto armado que los míticos héroes de la trilogía original –Luke, Leia, Han Solo, Chewie, R2-D2 y C3-PO– ayudaron a ganar al bando de la Rebelión. Está interconectada con La guerra de los clones y con Rebeldes, ambas series animadas que por momentos estuvieron bajo la supervisión del llamado padawan de George Lucas: Dave Filoni, quien dirigiera algunos episodios de esta, incluido el quinto, que sí pasará a los anales del fandom galáctico como un homenaje perfecto a El Regreso del Jedi; Rosario Dawson demostró ser perfecta para este rol, así que la Fuerza bendiga a aquella campaña de Twitter que hubo para que la actriz se hiciera con el personaje.

Una última lección con su maestro, Anakin Skywalker, fue necesaria para que nuestra protagonista volviera a conectar con la Fuerza de una manera que homenajea la espiritualidad de este universo, que deja de lado coreografías con sables de luz o batallas navales en las estrellas para brindar algo más. Una especie de conexión que no solo sienten sus personajes, sino los que les vemos. Momentos especiales, como una batalla entre aquellos que estuvieron conectados por la guerra, la cual los separó de por vida, o como cuando Ahsoka les pide a las bestias con forma de ballena que la ayuden, me recordaron a los primeros años de la cinematografía japonesa, a esa forma de colmar de calma y reflexión tanto una habitación con nada más que un gato o un duelo a muerte entre dos ronin. Y esa cereza en el pastel, tan simple y poderosa, de Hera Syndulla deseando que la Fuerza acompañe a sus amigos.

Sería recomendable ver, al menos, la última temporada de La guerra de los clones y todo Rebeldes, o un resumen, porque en esencia Ahsoka es una secuela. El Gran Almirante Thrawn, personaje de Rebeldes, se encuentra varado en algún lugar de las estrellas; junto a él, de incógnito, está Ezra Bridger, otro personaje de Rebeldes; la padawan de Ahsoka: Sabine Wren, es también otro personaje de Rebeldes y quien ayudará a Lady Tano en su misión de encontrar al villano de la serie, lo cual ya se había anunciado en un capítulo de El mandaloriano llamado The Jedi.

Aunque esta historia que llega desde una galaxia muy muy lejana no tenga el espíritu de la excelente primera temporada de El mandaloriano –la cual estaba rodeada por una nube de misterio verdaderamente intrigante–, esta sí posee aspectos novísimos que le cayeron como anillo al dedo a un universo necesitado, literalmente, de un poco de magia. 

Ya sea por el intrigante Baylan, el nuevo personaje imposible de calificar de bueno o malo, y que su arco se resuelva de manera tan decepcionante como una promoción; una especie de guerra fría galáctica que me causó escalofríos: Star Wars mostrando una verdadera crisis postbélica donde cualquiera puede ser un espía, lo cual se explotó en un solo episodio mientras que una especie de burocracia galáctica duró tres; o la magia oscura a la que recurre el caído Imperio para tomar el control que una vez tuvo. Ahsoka sí prueba que hay nueva carne en el asador, solo hay que cocinarla mejor.

El elefante en la habitación de Ahsoka es la presencia de Anakin Skywalker, quien marca el final de la serie en el quinto episodio, cuando aún le quedaban tres por desarrollar. Como si fuera hasta ese momento al que los escritores querían verdaderamente llegar, pues a partir del mismo tanto los diálogos como todo lo demás se vuelve superfluo. Y te llenan la pantalla de personajes con máscaras, o villanos que toman decisiones que a cualquiera le resultarían, a lo mínimo, estúpidas. 

Ahsoka pudo ser El regreso del Jedi del presente siglo, pero por culpa de su evidente estrategia de enganche, que se puede calificar de pobre e incluso insultante, es más bien La venganza del Streaming en su máxima extensión. (Por: Mario César Fiallo Díaz)