b9.jpg
b9.jpg
previous arrow
next arrow

Attack on Titan y la muerte del héroe convencional

Inicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivado
 
Valoración:
( 0 Rating )

«Para ti, 2 000 años desde ahora.

«La humanidad se ha tenido que refugiar en tres muros inmensos, vive asediada constantemente por unos seres humanoides de grandes tamaños a los que llaman titanes».

Hajime Isayama escribiría una historia que se convertiría en parte fundamental de la cultura pop moderna. Su obra Attack on Titan (AoT) significó para muchos su inserción en el mundo de las “caricaturas japonesas”. La emisión de dicho anime comenzó en el año 2013 y finalizó apenas unas semanas. ¡10 años de Attack on Titan!

En 2013 yo no sospechaba siquiera qué cosa era un seinen, veía Naruto, Bleach y Dragon Ball Z, los típicos shonen, como lo hacía todo el mundo. Los animes me los copiaba el primo de un amigo e incluso me convertía todos los episodios para que yo los viera en mi DVD. Un día me copió la primera temporada de uno que había salido nuevo, y cito: “En este hay gente grande que se come a los protagonistas, y lo muestran y todo”.

Me desfilé todos los episodios en apenas tres días y, como era de esperar, fui a buscar más.

—Cópiame más capítulos de la serie de los titanes.

—No, ya no hay más.

Los primeros episodios de AoT eran bastante convencionales y creo que cualquiera que prestara un poco de atención podía saber desde un primer momento quién era el titán acorazado y quién el titán colosal.

Pero luego, su innegable atractivo residía en una trama novedosa y en todo un plantel de personajes, tanto masculinos como femeninos, que tenían personalidades y habilidades únicas por las que resaltaban; aunque sí pecaba de explotar unos mínimos convencionalismos narrativos nipones, pero se perdonaba porque era obvio que su autor aún no sabía lo que tenía en sus manos. El gore también hizo su parte, y la verdadera representación del terror y la frustración de su protagonista al no poder hacer nada y al no saber de su enemigo. Y sería él quien, así como hizo Kafka con su Metamorfosis, se convertiría en otro ser, en un monstruo capaz de acabar con todo. Su nombre, Eren Jaeger.

¿Dónde comenzó entonces la grandeza de AoT? ¿Dónde comenzó la fiebre por AoT?

Yo estaba aún en la vocacional cuando una muchacha entró a mi aula con una memoria USB y dijo: “Aquí tengo el primer capítulo de la segunda temporada de AoT”. Todos los «mangamongos» del aula levantamos la cabeza, buscamos una laptop y corrimos como titanes hacia aquella pantalla.

Ahora, había un titán bestia que además hablaba, nuestros héroes estaban separados y la trama se volvía internacional. Se dejaban atrás los clichés tomados del anime: la acción pasó a un segundo plano y la psicología y filosofía de cada personaje se volvió en una oración imprescindible para cada aspecto de la historia. Ejemplos que contrastan son la decisión del comandante Erwin, dispuesto a sacrificar cualquier cosa con el fin de alcanzar un poco de conocimiento sobre la humanidad y, en el lado opuesto, estaría Reiner, cansado, psicológicamente abatido, casi paranoico. Dos extremos dispuestos a hacer lo que fuera con tal de tener a Eren en su poder.

AoT fue transformándose en una historia sobre cómo la ignorancia puede mantener a un país en el subdesarrollo más extremo, cómo el odio puede dar lugar a un apartheid tenebroso, y las consecuencias de la guerra, del nacionalismo y del militarismo, con el fin de arrasar otras naciones. 

La serie se convirtió en mainstream y en un producto que dividía a sus fanáticos, no por su calidad, sino por las decisiones de sus protagonistas. Había que elegir bandos, ejércitos; había que analizar acontecimientos en los que morían niños o que conducirían a la exterminación total; lo que no hacemos en la realidad, lo hacemos en la ficción. Nos hizo pensar en qué es la humanidad y qué significa ser parte de ella.

Pero nuestro héroe recorre su propio camino, es egoísta, un aparente suicida, y no le importa qué vendrá después de las consecuencias de sus decisiones. 

Eren Jaeger se ha convertido en un arma de destrucción masiva que desea la libertad: su libertad, a cualquier costo. ¿Qué ocurriría si un arma tuviera alma? Sus manos están llenas de sangre y ya no sabe qué hacer, ha visto lo que hará y tratará de cambiarlo, pero ¿y si solo lo empeora? Por eso decide seguir el camino que ya conoce, y deja de ser nuestro héroe para convertirse en el antagonista de la humanidad.  (Por: Mario César Fiallo Díaz)

Poder en un clic

Desde el Gobierno depositamos nuestra atención en este soporte que, mediante la participación ciudadana, deberá convertirse en una herramienta para la gestión, interacción y diálogo social. Ponemos a su disposición las primeras encuestas de esta sección, cuyo objetivo es evaluar el estado de opinión general con respecto al Portal.

Agradecemos su participación.

¿Cómo evalua el portal del ciudadano?
De estos organismos, ¿cuál ha sido más eficiente en dar respuesta?
A su juicio, nuestra prioridad de trabajo con el portal debería enfocarse en: