Crónica citadina: Benny Moré, hoy como ayer

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Hace tan solo unas horas se conmemoró otro aniversario del fallecimiento del más genuino, ingenioso y admirado de los cantantes cubanos: el compositor, cantante y director de orquesta Benny Moré.

La música popular perdía, con su partida física, el 19 de febrero de 1963, al intérprete que hizo bailar a toda Cuba y a muchos latinoamericanos.

Yo tenía alrededor de 12 años de edad cuando lo vi, ya de partida de un solar llamado La Pimienta, situado en la calle de San Juan de Dios, entre Tirry y San Diego, en esta ciudad de Matanzas.

Ya lo conocía porque en mi modesto hogar gustábamos de todas sus maravillosas interpretaciones, las cuales oíamos en un pequeño radio. Y lo vi dirigir, cantar y bailar, por medio de un equipo de televisión, en casa de un amable vecino.

Pues bien, ese día que tan cerca estuve de él, yo iba a visitar a un tío mío en ese propio lugar, y casi me di cruce con el elegante Sonero Mayor de Cuba, quien fue a encontrarse con una hermosa matancera que desistió de vivir en La Habana y había regresado a su natal Matanzas.

Al paso del Bárbaro del Ritmo, todos lo saludaban y él correspondía levantando uno de sus brazos, con una amplia sonrisa en su noble rostro.

Me impresionó, a pesar de mi corta edad, ver a una figura, ya internacional, así tan de cerca.

Nadie como él le cantó a Cuba, desde su acentuada cubanía: a Marianao, Guantánamo, Varadero, Manzanillo…, tema que palpita en su Soy guajiro, del matancero Senén Suárez, en Rumberos de ayer, La culebra, Dolor y perdón, Tú me sabes comprender.

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Ningún género musical le fue ajeno, aún sin saber música. Nació con ese don que solo poseen los elegidos. Por eso se permitió decirle a un cantante de la época, patrocinado por empresarios, que pretendía buscarle un competidor, para de esa manera elevar el nivel de teleaudiencia de su programa. El Bárbaro aceptó y pronunció esa histórica frase musical: Elige tú, que canto yo

Ese fausto día que vi al Benny, se presentaría con su Banda Gigante en el Parque de La Libertad, en los festejos carnavalescos de ese año de inicios de la década de los 60.

Por supuesto, las otras tarimas situadas en otros puntos de la ciudad, no contaron con tan elevada asistencia como donde el Benny deleitó a los matanceros una vez más.

Hoy como ayer, disfrutamos de sus antológicas interpretaciones, su casi perfecta dicción, su proyección de voz, su elegante figura dirigiendo a su “tribu”, como le decía a su orquesta.

Te fuiste físicamente, pero Te quedarás por siempre en el agradecido recuerdo de tus muchos admiradores, que continúan disfrutando de tu música, reitero: Hoy como ayer(Por: Fernando Valdés Fré)