Hace apenas 24 horas el Icaic (Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica) cumplió su aniversario 65. Gloria para la cinematografía cubana que, con limitados recursos técnicos, pero también con mucho empeño y creatividad, ha sabido superarse ante los obstáculos materiales y brindar a los cinéfilos obras que han impactado favorablemente en el gusto popular, ya sean dramas, comedias, aventuras.
Filmes antológicos como Memorias del subdesarrollo, La última cena, El hombre de Maisinicú, Ustedes tienen la palabra, Rancheador, Las 12 sillas, Patty candela, Se permuta, De cierta manera, Las aventuras de Juan Quinquín, entre otros, han sido aclamados, disfrutados por varias generaciones de espectadores cubanos y allende nuestras fronteras.
Ejemplos de esto último lo encontramos en la factura estética, la calidad fotográfica, el bien hilvanado hilo conductor del guion, propiciaron que Fresa y chocolate estuviera hace unos pocos años entre las nominadas como Mejor Película Extranjera en la entrega de los Oscar.
En tanto, La bella del Alhambra obtuvo el Goya, en España.
El Icaic ha sido un puente entre el pasado y la actualidad. Nos hemos visto reflejados en la gran pantalla nosotros mismos en más de una ocasión.
Aniversario 64 del Icaic: el cine en Cuba antes y después
Asimismo, la documentalística de Santiago Álvarez ha dignificado el quehacer de ese género, que él elevó a categoría de favorito, apreciado no solo en Cuba, sino también en diversas latitudes del mundo.
Por eso son citados con admiración los nombres de Tomás Guitérrez Alea, Juan Carlos Tabío, Sara Gómez, Daniel Díaz, entre otros realizadores; así como los actores y actrices Daisy Garnados, Eslinda Núñez, Raquel Revuelta, Rosita Fornés, Mario Balmaseda, Mario Limonta, Enrique Santiesteban, Enrique Molina, Luis Alberto García —padre e hijo—, Reynaldo Miravalles, Jorge Perugorría, Salvador y Patricio Wood; que son algunos de esos protagonistas que en su momento contribuyeron a darle esplendor a una manifestación artística con gran arraigo popular.
No por gusto el Icaic fue la primera institución cultural fundada por la naciente Revolución, el 24 de marzo de 1959.
Sí, hubo cine cubano antes de esa fecha, pero en la mayoría de las ocasiones eran coproducciones con México y, a decir verdad, nunca alcanzaron los niveles de realización, en contenido y forma, de las creaciones del Icaic.
Ejemplo del cine prerrevolucionario lo encontramos en estos tres títulos que aparecen en una guía cinematográfica correspondiente al año 1956: Y si ella volviera, dirigida por Vicente Orona, con las actuaciones de Irasema Dilina, Raquel Revuelta, Martha Roth, Lupe Suárez y Juan J. Martínez Casado. La música la aportó Gonzalo.
No me olvides nunca, otro melodrama, del realizador Juan M. Ortega, y las interpretaciones de Luis Aguilar, Rosita Fornés, Armando Bianchi y Mario Martínez Casado. La música es de Julio Gutiérrez.
El título Tropicana, del citado Ortega, es una comedia, con la participación de Evangelina Elizondo, Rafel Beltrán, Ana Bertha Lepe y, una vez más, Mario Martínez Casado.
Según la crítica de la época, reflejada en la Guía del Centro Católico de Orientación Cinematográfica, las tres películas recibieron la calificación de Mediocres.
He ahí como se evidencia entre uno y otro momentos históricos cómo la calidad se fue imponiendo, depurando con la pasión y entrega plena de aquellos bisoños realizadores nuestros que supieron, con más creatividad que recursos, elevar a planos superiores una cinematografía que, a 65 años de su advenimiento, aupada por el Icaic, continúa en su afán de brindar a los espectadores, no solo divertimento, sino también historia, reflexión, actualidad. (Por: Fernando Vadés Fré)
