Balseiro ante el espejo de Matanzas

Génesis y apocalipsis es el título de la muestra del artista Juan Carlos Pérez Balseiro que quedó abierta para disfrute del público yumurino a partir de la tarde de este martes 9 de julio en la Galería Provincial Pedro Esquerré. 

Se trata probablemente de una de las más significativas propuestas expositivas que han pasado en los últimos tiempos por ese espacio, no solo por la calidad de las obras, también por la coherencia del trabajo curatorial. Según las palabras de la especialista del Museo Nacional de Bellas Artes, Margarita González Llorente, se trata de “un creador con oficio, ideas y pasión por el arte”.

Más de una veintena de piezas, dibujos, pinturas, instalaciones, videoarte, entre otros, que recorren 20 años de labor y utilizan la simbología del mar desde presupuestos antagónicos: como cuna de vida y como posible fin de la civilización. 

“Para mí venir a Matanzas es como mirarme al espejo —resulta muy difícil tener consciencia de uno mismo— esta ciudad me devuelve mi reflejo y me ayuda a reemprender el camino”, declaró, ante la concurrencia reunida para la inauguración, el artista nacido en Ceiba Mocha en 1971 y graduado de la Escuela Nacional de Arte recién estrenada en la década del 90. 

“Me interesa el mar en su sentido de muerte, de hundirse en él, por lo apocalíptico que se presenta el mundo actual en lo político, lo económico, lo social. En mi obra hay también una arista ecológica que se ha ido enriqueciendo y adquiriendo valor con los años, Cuba como isla es muy vulnerable al cambio climático. 

“En 2004 concebí un paisaje híbrido que uniera la tierra y el entorno marino, que rompiera los límites de la realidad pasando elementos de un medio a otro. Me interesaba conocer el comportamiento de determinados objetos bajo el agua, experimenté con una palmera y di con mi método. Comienzo documentando, con fotografías y videos, cómo suceden estos hundimientos físicamente y toda la parte psicológica de sentirse bajo el mar, luego vienen los dibujos, pinturas, esculturas”. 

Asistimos así, como en poquísimas ocasiones, a todos los momentos del proceso creativo, en su particular riqueza de matices desde la etapa investigativa y de laboratorio, en propuestas como La última cena, la grabación de una enorme mesa bajo las olas donde los alimentos se mecen con la corriente y permanecen atados para que no escapen flotando; hasta que la metáfora emprende vuelo y surgen piezas como Rosa Náutica o El sueño de la mujer pez. Una suerte de viaje plástico de lo real a lo soñado y viceversa. 

“Nunca había visto todos estos trabajos reunidos en un espacio, ahora me doy cuenta de que se unifican a través del tema y conforman un solo discurso. Cuando eres sincero contigo, a pesar de que experimentes técnicas, materiales o soportes diferentes, es tu esencia lo que se expresa en el arte, no puedes escapar de eso, la honestidad de ser uno mismo”.

En uno de sus videoarte performáticos, El Bohío, ganador en su categoría en el Festival de Cine Pobre de Gibara 2016, Balseiro sumerge esta tradicional vivienda cubana, pletórica de simbolismos, con sus objetos más típicos: un retrato de Martí, un Sagrado Corazón, una Virgen de Regla, algunos muebles, propios del hombre de campo que vive con austeridad y hasta un guajiro que sale a labrar en la arena del fondo. 

“Está hecho hace casi una década y a la luz del contexto actual adquiere otro significado, nuevas lecturas. Tiene referencias de mi propia casa, de la espiritualidad del mundo rural. Aunque pueda interpretarse quizá desde un punto de vista negativo o pesimista, mi mensaje siempre va hacia la idea de perseverar, de no dejarse vencer por la adversidad”.  

Como una singularidad, se incluye la obra Mar de espinas, concebida a dúo con el desaparecido artista plástico Ernesto Rancaño. “Pensamos hacer una instalación para la Bienal de La Habana, muchas espinas de pescado para colocarlas en el Malecón. No pudimos concretarla por tiempo, por economía, por las dificultades para su realización. Quise salvar la idea y por eso aparece aquí, pero por respeto no lleva ni firma ni título”.

Génesis y apocalipsis sobresale entre las propuestas culturales veraniegas por su discurso, que invita a la reflexión sobre el presente a la vez que nos sumerge en universos oníricos, donde lo imposible cobra forma, texturas, tonalidades, materiales, líneas de dibujo.