Héctor Luis y el arte de improvisar

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Aquellos versos octosílabos repetidos por su tío, conquistaron a Héctor Luis Alonso Carreño desde niño. Entonces abrazó esa forma de cantarle a la palma, al surco y a la estrella con una elegancia capaz de contagiar la pasión por la espinela.

 

Dicho talento lo hizo merecedor en días recientes del segundo lugar en el Concurso Nacional de Improvisación Justo Vega 2021, celebrado en el marco de la Jornada Cucalambeana de Las Tunas.

 

“Este nuevo lauro representa un regalo más de la vida y un obsequio para nuestra identidad, para la propia décima”, afirma.

 

Asímismo confiesa que aunque está acostumbrado a cantar en el guateque con acompañamiento musical, e improvisar a través de Internet desde la casa se hace más difícil, es esta otra manera de ofrecer su aporte a la cultura.

 

Y es que para el joven betancourense la improvisación es una parte esencial de su vida:
“Al improvisar siento como una magia que me brota de adentro; porque un poeta en solo diez versos expresa tantas cosas que después de decirlas ni él mismo lo cree”.

 

Por eso cada día se prepara desde el hogar, hace décimas e incluso desarrolla su propio pie forzado. “A veces hago una controversia conmigo mismo y me respondo, ante la imposibilidad de reunirme con otros repentistas como antes. Creo que todos deberían hacer lo mismo para cuando regresemos a la normalidad podamos asistir a los guateques y hacerlo con la misma calidad de antes”, destaca.

 

Ganador de diferentes premios en varias ediciones de dicho certamen, el poeta encuentra siempre las palabras exactas para defender el género, aun cuando la suerte lo rete dos veces con el mismo pie forzado.

 

“Estas décimas fueron en la modalidad Sintagma, con pie forzado interno en el tercer verso de la primera décima, y en el noveno verso de la última décima. El Sintagma era Mientras el mundo y el pie forzado Jugar a perder la vida, el mismo del año anterior; por lo que fue más complejo crear sin repetir ninguna de las ideas usadas en aquel momento “, explica.

 

“Mientras el mundo con miedo/ al virus sus pasos mida,/jugar a perder la vida/por la ignorancia no puedo./ A mi hijo no le concedo/ ir más allá del portal,/porque es el precio final/ del que al virus se somete,/cambiar sonrisa y juguete/por la cruz de un hospital.”

 

“Mientras el mundo, inseguro/ vive entre penas y ocasos,/estoy reservando abrazos/ para alegrar el futuro./Le hago rechazo al oscuro/ silencio de mi bohío;/pero no puedo, aunque el frío/de la inquietud me intimida,/jugar a perder la vida/ en un tablero vacío.”