Su currículo marca sus inicios en el deporte en 1957 cuando se gradúa como instructor de educación física y entrenador de beisbol en el Greenville College, de Ilinois y comienza en 1961 a trabajar en el mencionado centro. En 1977 pasa a laborar en el Comité Olímpico de Estados Unidos. Elegido presidente de la Federación de Béisbol de su país en 1980 hasta 1989, llega al poco tiempo a la máxima dirección de la Federación Internacional, posteriormente Asociación Internacional de Béisbol, es reelegido en 1988 por un nuevo mandato hasta 1993.
En esos últimos años coordinó 26 torneos mundiales de béisbol y es reconocido como el impulsor de este deporte en el programa olímpico. Luego de la excelente organización de los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992, abandona la dirigencia del béisbol y es designado rector del Greenville College.
Smith era un enamorado del béisbol cubano. En su etapa de presidente de la Federación realizó varias visitas a nuestro país, entre ellas, recuerdo, cuando en julio de 1987 viajó al frente del equipo universitario de Estados Unidos a La Habana que hacía su primera presentación en la Isla en los históricos topes entre ambas naciones y el 25 de mayo de 1989, estuvo en Matanzas en la inauguración de la avenida Martín Dihigo y a su solicitud recorrió el estadio Palmar de Junco.
De la presencia del dirigente deportivo en la ciudad yumurina, conversamos recientemente con el licenciado Alfredo Santana Alonso, uno de los compañeros al frente de la organización de aquella Jornada por el aniversario 83 del nacimiento de Martín Dihigo Llanos.
“Cuando visité en el Comité Olímpico Cubano, a su presidente Manuel González Guerra con el objetivo de invitarlo para la inauguración de la Avenida Martin Dihigo, el 25 de mayo de 1989, ya que conocía la admiración que sentía por el destacado pelotero matancero, luego del agradecimiento me dijo con afabilidad que por esos días estaría en Cuba Robert Smith, presidente en ese entonces de la IBA, Usted ¿cree que pudiera invitarlo? Rápidamente le respondí ¡Claro para nosotros sería un gran honor!”.
Recuerda Santana que cuando regresó a Matanzas con la noticia, muchos no le dieron importancia.
“Me dirigí de inmediato a las autoridades del INDER y me dijeron, ¡Hay Santana y se creyó que Robert Smith, vaya a venir a Matanzas! y pensé, bueno yo cumplí con decírselo, veremos. La noche antes de la inauguración, el 24 de mayo, se presentaron en mi casa dichos compañeros, muy preocupados, pues González Guerra confirmo que Smith vendría al acto y querían conocer el programa que habíamos elaborado los compañeros de la Comisión de Historia”.
“Minutos antes de la apertura, rememora Santana, llegó la comitiva del Comité Olímpico encabezada por González Guerra y Smith y por la dirección nacional del INDER el vicepresidente Vinicio Quevedo. Los tres mencionados tuvieron frases de elogio por la iniciativa de los matanceros de rendir homenaje al que se reconoce entre los grandes jugadores de la historia en cinco Salones de la Fama, Martìn Dihigo Llanos”.
“Ante esa solicitud, todos nos miramos ya que eso no estaba en el programa. Entonces pensé como a veces subestimamos lo nuestro. Más que una visita, era el reconocimiento de un hombre de béisbol a la grandeza de nuestro estadio. Alguien que había visitado las mejores y más modernas instalaciones deportivas del mundo, se interesaba por el añejo Palmar de Junco”.