No puede haber tregua contra quienes matan indiscriminadamente vacunos lecheros y de trabajo, y acometen el robo de azúcar para lucrar en medio de necesidades materiales y de la economía nacional. Fotos: Tomadas de Internet.

La reciente Plenaria contra el delito en el municipio matancero de Los Arabos derivó en dos temas únicos y especialmente sensibles: hurto y sacrificio de vacunos, equinos y cerdos, así como robo de una apreciable cantidad de azúcar de los almacenes del ingenio local Mario Muñoz Monroy.

La participación de autoridades del Partido, Gobierno, CTC y sindicatos del ramo, Grupo Azcuba y trabajadores afines del sector ofreció un matiz diferente e interesante al asunto, dadas las graves consecuencias de los hechos que allí se cometen por malhechores en los últimos tiempos y dañan de forma severa la alimentación y economía territorial, provincial y del país.

Además, muy importante la asistencia de oficiales del Ministerio del Interior y miembros del Tribunal y de la Fiscalía, quienes laboran de forma incesante para esclarecer y sancionar cada acción bandidesca, para las que sus protagonistas se valen del menor descuido del dueño o cuidador, con animales sueltos, amarrados y en corrales, alejados o no del propietario, ya sea en horario nocturno y diurno.

Particular importancia poseen los vacunos hembras para la producción de leche, alimento sumamente deficitario en estos momentos y de alto costo en el mercado internacional, incluida la elaborada en polvo.

Por ello, los maleantes, se dijo, merecen que caiga sobre ellos todo el peso de la justicia de ser sorprendidos o quebrado de otras formas su irritante hacer, al incluir en sus fechorías vacas recién paridas y en gestación, además de bueyes de labranza, vitales en estos momentos de dificultades con el combustible.

Así lo aseguraron campesinos, cooperativistas y trabajadores agrícolas presentes en el evento, como Laurencio, quien expresó que tiene que vigilar a sus reses día y noche. Lo hace en grupo, armado con lo que puede para defender sus derechos.

Se conocen de casos en que los malhechores actúan en grupos y empleo de recursos, incluso de forma muy agresiva contra custodios y trabajadores que protegen animales y demás bienes privados y estatales. Se encapuchan, utilizan piedras, palos, armas blancas y hasta de fuego, como un hecho extremadamente grave al efectuarse un disparo a los miembros inferiores de un agente protector.

Especialistas del Ministerio del Interior aseveraron que realizan las mayores y mejores prácticas para detectar y sorprender in fraganti a los autores del delito, así como investigaciones precisas para conocer y detener a estas personas. Mientras que fiscales y jueces están prestos para solicitar y aplicar, según sea el caso, las medidas adecuadas, y que no habrá impunidad, pero actuarán con la debida justicia en cumplimiento de las leyes penales establecidas.

Por otra parte, es preocupante lo que ocurre en el central azucarero local Mario Muñoz, donde existe una situación extrema y sensible al burlarse las medidas de protección, entrar por lugares inadecuados, algunos creados por los ladrones, y extraerse considerables cantidades de azúcar de su almacén.

Se conoció de la utilización de varios tipos de transporte, como autos turísticos y de otra índole que, detectados y detenidos sus participantes —unidos a los autores directos en el hecho—, por fuerzas de la citada institución armada, fueron instruidos de cargo y confiscados los medios automotores.

La participación en el delito es amplia, desde adentro, por lo que el trabajo de detección y apresamiento de los actores requiere del apoyo de los colectivos laborales, del sindicato, Partido, revolucionarios y, en general, de todos los que con alto honor y orgullo constituyen la médula de esa histórica industria azucarera, fundada el 28 de diciembre de 1987, la más joven del país.

La tarea es ardua, constante, porque los ladrones no duermen, aprovechan cualquier descuido, como señaló Jorge Paulo Santana Hernández, su director, al expresar en la Plenaria que ningún costo es mayor que el que le acarrean a la población, a su economía en momentos cruciales.

Se llamó a mantener la vigilancia para enfrentar el robo, vencer y aniquilar a quienes quieren vivir del sudor ajeno y, lo que es peor, lucrar con las necesidades de cada cubano.

La unidad en personal y acción se ratificó. Constituye la fuerza mayor para lograr resultados positivos en la guerra abierta contra el hurto y sacrificio de ganado mayor y menor, y robo de azúcar. La respuesta está en la población, y cada obrero, ciudadano, con la vergüenza como estandarte.