En el horizonte de Atenum

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Cuando se entra por la puerta principal de la Universidad de Matanzas (UM), a la derecha, destaca una edificación distinta. Llama la atención porque es diferente en varios sentidos, tanto constructivamente, como en lo que allí se investiga y produce.

 Fue fundada en 1994 como una pequeña planta piloto y en 1995 como centro de estudios, pero en 2016 el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba (Citma) le otorgó la condición de Unidad de Desarrollo e Innovación.

Al recorrer sus locales apreciamos a sus trabajadores en pleno ajetreo dándole mantenimiento anticorrosivo a un auto marca Lada.

 No todo está en silencio, pues la caldera entra en acción con su ruido característico, mientras que el reactor de grasas igualmente genera sonidos fuertes. Pero así son estas fábricas, además de sentirse los olores a ciertos compuestos químicos.

 El propio Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, ha mencionado varias veces este proyecto, porque conoce de su labor y lo ha impulsado a avanzar.

 En este centro se crea una familia de grasas, algunas líquidas, sólidas, semisólidas, bases solventes, o base de aceites, además del fosfatado, que es una familia con varias composiciones. Otra línea con grandes potencialidades son los tensoactivos, componentes que se añaden al hormigón para mejorar sus propiedades y generan un ahorro significativo al país al sustituir importaciones.

 Un equipo ha vuelto allí al saber de la próxima constitución de la mipyme Atenum, en la Unidad de Desarrollo e Innovación Centro de Anticorrosivos y Tensoactivos, perteneciente a la institución educacional.

Mipyme estatal

El máster Harold García Betancourt, director de la entidad, nos cuenta sobre la actividad de ciencia e innovación llevada a cabo allí y los desafíos de su colectivo al implementarse esta nueva estructura económica, que abarca la actividad de investigación, producción y comercialización, con la logística en general que tiene este centro.

 «Va a quedar una estructura de investigación y desarrollo de nuevos productos anticorrosivos y tensoactivos, una dedicada a la ciencia, desarrollo y nuevas tecnologías, y otra relacionada con la producción, servicio, comercialización, actividad de corte empresarial, que vamos a constituir dentro de régimen mipyme», afirma el también ingeniero industrial, quien reitera que la mipyme será estatal y tiene como socio único a la Universidad de Matanzas.

 «Se aprecian muchas diferencias. Hoy este centro funciona bajo régimen económico presupuestado, lo que implica que todos los recursos que se emplean salen del presupuesto del Estado, y al mismo tiempo lo que se genera también va al Estado. No hay  un ciclo económico que permita disponer de la propia riqueza creada tanto para la regeneración de la actividad económica, como para incentivos a los trabajadores que logren los resultados.

 «Hace casi un año nos decidimos por esta modalidad. Fue un proceso que no quisimos apurar porque una cosa es tener una tecnología que sabes que funciona, y otra es diseñar un negocio alrededor de eso que después tenga un nivel de ventas, que permita sustentar todos los gastos.

 «El período después del reordenamiento ha sido beneficioso, porque las empresas han tenido otra mirada, por las propias características del país, hacia las soluciones dentro de ellas. Las limitaciones económicas no han permitido traer productos del exterior que antes se usaban, por eso creo que hay un mirada más amplia hacia dentro, lo que nos ha beneficiado en el sentido de consolidar varios de estos resultados. Si bien ya se conocían y empleaban en el país, lo necesario para crear una empresa que se dedica a gestionar todos los resultados y generar beneficios económicos, no quisimos apurar ese asunto, estudiamos bien todo lo que íbamos a hacer, preparamos un expediente que también fue revisado tanto a nivel de Universidad como del Ministerio de Educación, este último creó una comisión y se aprobó, y se lo solicitamos al Ministerio de Economía y Planificación (MEP), que ya lo aprobó.

 «Ahora estamos en el proceso de constituir la mipyme, eso tiene varios pasos, hay que hacer un depósito del capital social en una cuenta bancaria a la vista y a partir de eso haríamos el proceso de constitución de la mipyme ante notario, del Registro Mercantil, la ONAT, Oficina Nacional de Estadísticas, pensamos que en enero deba estar en función.

 «Es decir, transitaríamos desde la estructura económica que tenemos como parte de la Universidad, hacia la nueva forma empresarial. Dejaríamos de ser presupuestados totalmente y seríamos autofinanciados. La UM al ser el accionista único de esta sociedad, tiene acceso a los beneficios de las utilidades que genere la mipyme, por una parte, y por otra al dejar de ser presupuestados supone un alivio para este centro».

Utilidades a la vista

«No buscamos un margen tan alto de utilidades, por lo general está alrededor del diez por ciento, pero recuperamos el costo y tenemos una ganancia», explica García Betancourt.

 «Hemos comenzado las ventas en divisas, pero son pocas, no contamos con un volumen de divisas que nos permita hacer las importaciones propias.

 «De las utilidades se retiene una parte por la empresa para incentivo salarial y crear fondos de desarrollo que permitan en el futuro hacer inversiones para mejorar las capacidades productivas.

 «Con nuestra tecnología comenzaremos a producir, aunque en el futuro vamos a necesitar acceder a tecnologías modernas en el mercado internacional».

Sueño posible

«Nosotros soñamos con exportar nuestras producciones. Ya hay empresas extranjeras que nos han comprado y han manifestado buenos criterios de nuestros productos. Tendremos que transitar por todos los mecanismos del comercio exterior, pero estamos seguros de que lo podemos lograr», subraya.

 «Hay que hacer búsqueda de mercados en áreas como el Caribe, donde existe una agresividad corrosiva igual a la de Cuba, por eso hay que identificar esos mercados y lograr las exportaciones.

 «Existen muchos tipos de grasas, pero las nuestras cuentan con componentes que las identifican, que no son muy usadas en el mundo, pero las prestaciones son buenas. En autos tenemos experiencia de más de diez años de efectividad con recubrimientos de grasas, protegiendo las pinturas con encerados, de tal manera que no han necesitado ni pintura ni chapistería en una década. 

 «La industria azucarera empezó a usar nuestras grasas en la preservación de los centrales, y tenemos previsto incrementar los volúmenes de producción y empleo de ellos. También el fosfatado es empleado, sobre todo en período de mantenimientos».

Calidad y nuevos salarios

«El propósito que tenemos es que el salario promedio de un obrero o técnico que ahora es de alrededor 2 000 a 3 000 pesos, luego de implementarse un sistema de pago a destajo, a los que estén directo a la producción, que ganarán de acuerdo con lo que se produzca, podrían subir hasta 8 000 o 9 000 pesos mensuales. Los administrativos tendremos salario escala, según el cumplimiento de los indicadores, que básicamente serán producción y comercialización», expone García Betancourt.

 El ingeniero químico Medardo Domínguez Limia, responsable del área de producción y servicio, asegura que todos los productos están certificados en los laboratorios y reúnen las características para la conservación.

 «Tienen calidad y resuelven los problemas para proteger equipos y estructuras de la corrosión, por eso son demandados tanto por las empresas como por las personas naturales», recalca Domínguez Limia.

 Para ello cuentan con un laboratorio donde evalúan algunos parámetros de calidad, el que no quedará dentro de la mipyme, sino en la estructura de investigación, y brindará servicio a la mipyme.

(Por Hugo García/Juventud Rebelde)