VARADERO.- A 31 años llega hoy el hotel Sol Palmeras, consagrado como fiel exponente de la calidad de los servicios en el turismo de la Mayor de las Antillas, un paso sostenido desde su inauguración el 10 de mayo de 1990, acontecimiento al que asistió Fidel Castro Ruz, líder histórico de la Revolución Cubana.

En la ceremonia también participó Gabriel Escarrer, presidente de Meliá Hotels International, la compañía que apostó por la Isla y no se equivocó. El hotel mixto más viejo de Cuba constituye un claro referente para la industria de ocio de un país que se ufana de tenerlo entre sus más de 300 sitios de alojamiento.

En aquel momento Fidel también dejó oficialmente abierto el hotel Paradiso (Playa Caleta),  ubicado a la entrada de Varadero, ocasión en la que intercambió con directivos y empleados de un colectivo operado por la cadena Gran Caribe.

El empresario español Francisco Camps, representante de Meliá Cuba, ha dicho que Sol Palmeras marcó un antes y un después para el turismo en la Isla, justo cuando la nación se abría definitivamente al mercado turístico global.

Antes de la llegada de la COVID-19, el desempeño del centro perteneciente al Ministerio de Turismo (MINTUR), estuvo marcado por el sostenido incremento de sus ingresos, gestión determinada por la eficiencia típica de un colectivo por más de una década Vanguardia Nacional, la prominente categoría emulativa concedida por la Central de Trabajadores de Cuba y sus sindicatos (CTC).

Alrededor del 15 por ciento de los turistas que lo visitan son repitentes, muchos de los cuales han regresado 30, 35, 40 veces, algo muy ligado al quehacer de los propios empleados, que con su amable trato son los primeros promotores de traer de vuelta aquí a hombres y mujeres que ya consideran parte de la familia.

A juicio de Erranz, el Sol Palmeras sigue descollando entre sus similares de Varadero por los elevados niveles de ocupación, con un promedio mensual de mil 200 clientes en sus 604 habitaciones.

Arnaldo Díaz Hiedra, secretario general del buró sindical, explica que eso se debe a los altos estándares de calidad conseguidos, pese a lo envejecida de una planta hotelera constantemente sometida a renovaciones para proveer al cliente de nuevas experiencias.

Más de tres décadas después hay que admitirlo, Sol Palmeras hospeda los mejores atributos de la industria de ocio en la Mayor de las Antillas. Tal y como una vez dijera el actual primer ministro cubano Manuel Marrero Cruz, este hotel nació derecho y se mantiene igual.