Tesis sobre el humor en la Universidad de Matanzas

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Tesis sobre el humor en la Universidad de Matanzas

Enrique “Kike” Quiñones, director del Centro Promotor del Humor, presentó su conferencia El humor escénico cubano contemporáneo. La sátira social como columna vertebral de su desarrollo, junto a Michel Pentón, integrante del conjunto humorístico La Oveja Negra, en el Salón XX Aniversario de la Universidad de Matanzas en la tarde del 16 de febrero. 

En el intercambio participaron miembros del grupo Teatro Visados, además de estudiantes de Educación Artística, Gestión Sociocultural para el Desarrollo e Ingeniería Química, y profesores y directivos de la institución.

Quiñones dialogó sobre las diferencias entre el teatro bufo y el teatro vernáculo, el surgimiento, evolución y reinterpretación de ambas vertientes según los contextos históricos, políticos y sociales del país, ante las distintas perspectivas del arte de las tablas, la radio y la televisión. 

“El humor es transgresión, nos obliga a crear una interpretación distinta de las cosas, por eso la religión y la política tienden a excluir el humor, al que temen más que a las bombas. Cuanto más dogmática es una sociedad, menos sentido del humor hay en ella”, expuso Quiñones en una cita directa de la frase del químico y psicólogo Luis Muñiz.

Tesis sobre el humor en la Universidad de Matanzas

Conjuntamente, realizó un breve análisis de algunas obras del teatro cubano; entre ellas: Perro huevero, aunque le quemen el hocico, La Isla de las cotorras, El macho y el guanajo, mediante la asociación del humor como entropía del arte, en una fusión del sujeto creador con el medio circundante.

Durante el encuentro, Quiñones agregó que programas como Alegrías de sobremesa, Jura decir la verdad, Vivir del cuento, entre otros, representan con exactitud el concepto de sátira social, donde el buen humor se conjuga con la inteligencia y la empatía de una realidad en común. Como conclusión de una brillante exposición, Quiñones expresó: “La esencia del cubano es sobrevivir. Esa capacidad de aliviar el dolor con el humor la tenemos en las raíces. Por eso, nada escapa a la influencia del teatro vernáculo, ni el cine, ni el ballet, ni las orquestas.”

(Por Gisselle Brito García)