Jorge Luis Echevarría, Pedro Ernesto Rodríguez y Lázaro Virgilio Guerra regresaron a la casa satisfechos del deber cumplido, luego de acudir al Banco de Sangre Provincial Minerva Duarte, de la capital yumurina.

En la mañana del martes último ellos, como cientos de residentes en los 13 municipios matanceros, acudieron al lugar a entregar esa parte vital de sus vidas, para salvar la de los lesionados por el voraz incendio que desde el viernes consume áreas de la base de tanques de la División Territorial Comercializadora de Combustibles de Matanzas.

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El primero dijo que no podía quedar en casa o en el centro laboral, que de alguna forma tenía que dar su aporte, mientras que el segundo, como no era especialista para acudir al centro del problema, afirmó que también era útil donde estaba ahora. Para el último de ellos también constituye deber humano ineludible, dijo, entregar su sangre lo más rápido posible.

Sentados en sus respectivas sillas con respaldo reclinado, se mantuvieron tranquilos, con el reflejo en sus rostros del bien que sentían por la donación voluntaria y altruista, que están dispuestos a hacer las veces que sean necesarias.

Ellos son parte de las 461 personas que este miércoles acudieron a similares instituciones de Salud de la provincia para tal menester, según información suministrada por el doctor Orelvis Reyes Madrazo, subdirector del citado centro.

No obstante, el domingo último fue el de mayor aporte en donaciones con 602, mientras que en las primeras cinco jornadas la cantidad total asciende a 1 552, procedentes de todos los municipios matanceros.

El galeno reconoció a los trabajadores de este y restantes bancos de sangre por la extraordinaria labor sostenida debido a la constante afluencia de personas, sin obviar las llamadas, por las vías posibles, desde las restantes provincias para entregar la sangre que fuera necesaria para los lesionados por el incendio.