Por estos días, es fácil chocar con las ojeras en Matanzas. Frente a los altos números que la pandemia emplea para estremecer, existen personas, muchas, que han asumido la nobilísima arma del trabajo, de forma tal, que han distorsionado por completo sus márgenes habituales.
El trabajo, acá, desborda horarios preestablecidos, no se ciñe a espacios…“Solo trabajo y ojeras, ojeras y trabajo; lo demás que espere”, gritan los tiempos.
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La soberanía…
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