Son las 9 y 15 de la noche del 27 de julio de 1993, por unos segundos se detiene el cronómetro, la respiración… En Salamanca, durante la celebración del Gran Premio de la Diputación, Javier Sotomayor Sanabria ha vuelto a romper su propio récord en salto alto y ha implantado una nueva marca: un 2.45 metros que en aquel momento parecía imbatible y que tres décadas atrás continúa convirtiéndolo en una verdadera leyenda dentro del atletismo mundial.
Ante la gigantografía que cubre una de las paredes principales de la Sala del Deporte del Museo Municipal de Limonar, es fácil revivir los gritos, los aplausos y la euforia con que se celebró la gloria del hijo más ilustre de este terruño matancero. Es posible imaginar por qué se ha ganado el epíteto del “Tigre de Limonar”…