Yo, tripulante de la Amistad
- Visto: 32
Aquella mañana de primavera en que abordé la Amistad, asido a una baranda más por obligación de las maestras que por temor a tropezar y caer al agua desde la segura pasarela, de veras me creía estar pisando suelo rebelde, maderamen de amotinados, una goleta más libre que sus velas al viento.
En cierto modo lo era, pero en un sentido simbólico que mi imaginativa y salgariana mente infantil se resistía a procesar.