Queramos o no el bloqueo existe y nos hace daño. Algunas personas se han referido a un bloqueo interno. Considero que llamar a nuestras dificultades bloqueo interno es una injusticia.

Es cierto que tenemos dificultades, como también es verdad que cuando no satisfacemos nuestras necesidades nos incomodamos y expresamos criterios no correctos y sin una fundamentación lógica. En Cuba no existe un bloque interno, lo que existe en algunos casos son malas gestiones de funcionarios de diferentes niveles, mala administración de algunos y burocratismos innecesarios. Todo esto agrava la complejidad que vive el país.

Quién puede negar que el recrudecimiento del bloqueo y la pandemia del nuevo coronavirus han provocado en dos años la caída del Producto Interno Bruto (PIB) de la nación en un 13 por ciento. Simplemente esto hace que cualquier país tambalee y nosotros hemos resistido y logrado éxitos en este período.

Entre lo alcanzado está el haber protegido a casi 300 mil personas calificadas como vulnerables, lo que ha representado un costo al presupuesto del Estado de 331 millones de pesos, ¿qué otro país en esta situación se preocupa de los más desamparados?

El imperio, además del criminal bloqueo, se aprovecha de nuestras dificultades para arreciar su cerco y en este contexto redoblar la asesina política para asfixiarnos y culparnos de los problemas, y ahí se montan muchos de nuestros coterráneos, incluso algunos ingenuamente.

Desde el exterior tienen llamados que edulcoran, con palabras que suenan dulces a los oídos y proponen soluciones salvadoras, entre ellas “liberar las fuerzas productivas” para inducir a la privatización masiva. Todos sabemos que persiguen con esto, pero los  revolucionarios no somos ingenuos, sabemos que esta solución sería retroceder al capitalismo y ese no es nuestro objetivo.

Pero en Cuba todo no es malo como dicen algunos, ¿qué otro país ha producido vacunas para contrarrestar la pandemia de la Covid-19 para toda su población? La patria cerró su esquema de vacunación con más de nueve millones de personas vacunadas y ya se inmuniza con una dosis de refuerzo sin importar los millonarios recursos monetarios que hubo que erogar.

El gasto ocasionado en la producción de vacunas y el proceso de vacunación como tal, así como la atención a familias vulnerables, mantener salarios a desvinculados por la pandemia y los trabajos comunitarios que se realizan en barrios con dificultades, fueron costeados, aún con un déficit de las exportaciones, las que se cumplieron al 68,7 por ciento del plan. Recordemos que entre otros factores no hubo turismo internacional, el plan solo se cumplió, en esta rama, al 31 por ciento.

Unido al no cumplimiento de las exportaciones está el incumplimiento de las importaciones, las que estuvieron en el orden de los 65,6 por ciento de lo programado, acompañado de un desmesurado crecimiento de los precios. Por esta y otras causas se percibe desabastecimiento en la población.

Un dato que puede dar luz es el relacionado con el sector no estatal, que entre enero y septiembre último exportaron 14,6 millones de USD e importaron 80,9 millones de USD. Con una simple cuenta matemática observamos que hay una diferencia de 66.3 millones de dólares, que fueron comercializados en el país. Atendiendo a cómo se cotizan los productos del área dólar, veremos que esa demasía gravita en el bolsillo de la economía cubana y del ciudadano común.

Hay más datos, pero considero que con los mostrados se pueden esclarecer muchas incógnitas y malas intenciones.