Los tiempos son difíciles. Las carencias de todo tipo que enfrenta el país hacen menos llevadera la vida en un contexto marcado por la incertidumbre y los rebrotes de la pandemia. En medio de esta realidad la preocupación por las comunidades adquiere un papel esencial.

Jornadas de embellecimiento y trabajos voluntarios, atención a personas necesitadas  y ferias agropecuarias tienen lugar por estos días en el municipio Pedro Betancourt.

Tales acciones, que también se organizan en saludo a la Victoria de Playa Girón llegan esta vez hasta la circunscripción número 12 del Consejo Popular Bolondrón.

Y allí al hogar de personas vulnerables del barrio, los trabajadores del Combinado Deportivo del poblado llevan no solo algunos recursos, también la preocupación y el cariño como una coraza  frente a  todas las carencias.

“El programa de atención a las comunidades vulnerables es un propósito que depende del pensamiento y la acción colectivos, para armar en cada barrio un sistema que coadyuve a la solución de las problemáticas que más le afectan”,  publicó recientemente el presidente Miguel Díaz Canel Bermúdez en su cuenta en Twitter.

Y no es menos cierto que el ingenio y la voluntad de tantos hombres se abren paso ante las dificultades, como lo hicieron años atrás los vecinos de aquel barrio de la Playa en Matanzas que transformaron la imagen de su cuadra con recursos desechables a su alcance.

Es cierto, ahora todo se ha vuelto mucho más complejo y la solución de salideros o  los incontables agujeros en las calles, así como el déficit de recursos vitales escapan de la iniciativa popular.

Pero mientras aguardamos por las respuestas a estas inquietudes, sembrar nuestro pedacito, cuidar el entorno, y ayudar a los demás es también una forma de poner de nuestra parte para que a pesar de todo, jamás escaseen el sentido de pertenencia y la solidaridad.