Partido Comunista de Cuba: «fuerza que a diario empuja esta nación»

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-¿Cómo hacer las cosas diferentes? Esa es una interrogante que deberíamos hacernos muy a diario. Debemos perfeccionar muchos métodos y estilos, y el trabajo con la juventud debe intensificarse, que los jóvenes vean a la organización como esa meta que están locos por alcanzar y no a la que solo se llega cuando ya se tiene cierta edad o porque hace falta para determinado puesto. Creo además que debe lograrse mayor integración entre los militantes. El Partido tiene que seguir trabajando de la mano con la UJC, aunque eso lo hemos visto mucho mejor después del último Congreso. Cada escenario es muy diferente, por lo que analizar cada situación en cada lugar, creo que ayudará también.  

 

Se acerca la asamblea del Partido Comunista de Cuba en nuestra provincia. El momento es ideal para conversar con jóvenes acerca de la organización. Yosier Argüeso Miranda, con sus 34 años, lleva casi diez militando en las filas partidistas. Especialista territorial de política en Radio 26 desde el 2013, delegado del Consejo Popular No. 18 Luisa, de Jovellanos, desde el 2017, escogió el camino de los trabajadores sociales.

 

-Ser trabajador social en su momento fue la manera que vi de apoyar a la Revolución, teniendo en cuenta el llamado de nuestro Comandante a la juventud para incorporarse a los recién iniciados Programas de la Batalla de Ideas, entre ellos el de los trabajadores sociales. Éste, confieso, viabilizaba varias de las metas que quería alcanzar, entre ellas la de una carrera universitaria de mi preferencia. En mi caso opté por Comunicación Social, muy cercana al Periodismo, que era lo que quería una vez que estuviese en 12mo. grado, pues al Programa entramos precisamente concluido el 11no. 

 

-¿Tenías vocación para ello?  

 

-Las personas siempre me han visto como alguien muy confiable, por lo que muchos, hasta sin conocerme tanto, se acercan y me cuentan sus problemas. Me gusta escucharlas y hasta aconsejarlas, también establecer esa empatía que ya tenía antes de ser trabajador social. Por ello considero de cierta manera que sí, que tengo esa vocación por ayudar a las personas y eso en esencia es ser trabajador social.

 

-Una vez formado, esa vocación se consolidó con la adquisición de herramientas y metodologías de trabajo con las que pude promover determinados avances en la vida de grupos y personas vulnerables socialmente. Intervenir en estos tipos de problemas, buscar la manera de solucionarlos, la verdad siempre ha estado muy vinculado a mi accionar, aun y cuando ya no formo parte de esa hermosa experiencia de ser “un médico del alma”, como nos definiera Fidel. 

 

Laborioso, sencillo hasta la humildad, siempre presto a enrolarse en cualquier tarea que se le proponga, con el mismo buen carácter para todos, en cuyo rostro aflora fácilmente una sonrisa, lo veo como un joven militante ejemplar, al que muchos debieran imitar.

 

Y aunque su rimbombante Argüeso, apellido de su bisabuelo español, proviene de una hermosa localidad del municipio de la Hermandad de Campo de Suso, en Cantabria, donde hasta un castillo lleva ese nombre, considerado una joya del sur cantábrico, Yosier no conoce la vanidad, no sabe qué es eso. 

 

-¿Cómo ves al Partido?

 

-Imagina, aunque mantengo la doble militancia, desde mi ingreso a las filas de la UJC siempre quise llegar a ser militante de nuestro glorioso Partido, como me gusta llamarlo, pues en él veo la esencia y consolidación de nuestra nación. Si decimos que es la organización que agrupa a los revolucionarios, pues no había sitio mejor para estar que en mi Partido, único, marxista, leninista, martiano, también fidelista y totalmente cubano. 

 

Ser miembro de él significa mucho. Este es el Partido de Martí, de Mella, Baliño, de Fidel y eso en lo personal lo hace aún más querido, respetado y admirado. Ahí está la fuerza que a diario empuja esta nación, ahí está también el empeño de consolidar una sociedad plenamente libre y soberana, como se expresa en la Constitución de la República. 

 

-Al Partido van los mejores, ha sido siempre la máxima de la organización, pero, ¿tú crees que en los últimos años eso se ha cumplido a cabalidad? 

 

Lamentablemente reconozco que esto no se ha cumplido a cabalidad en los últimos años. No tengo la experiencia de etapas anteriores, tal vez en los años 80–90 era todo muy estricto. Hay cosas que sí considero fue bueno flexibilizar y hasta cambiar radicalmente, pero en esta última etapa creo que importaron mucho más las cifras que los méritos. No quiere decir esto que en todos los lugares se hicieran malos procesos, no, pero sí fue tendencia. Hoy, cuando vemos determinadas desactivaciones en nuestros núcleos del Partido, son precisamente las consecuencias de eso mismo y entonces hay hasta quien te dice que es revolucionario sin carné.

 

-¿Cómo debe actuar el Partido? 

 

-Creo que no se trata de inventar algo, pues ya todo está escrito y varios han  sido los espacios donde con profundos análisis se ha debatido el papel que le toca jugar a nuestro Partido, que no es suplantar las funciones de nadie. Lo que pasa es que al Partido nada le es ajeno. Lograr que los cuadros cumplan su función, fortalecer la unidad e incrementar su autoridad y en ello también va  nuestra actuación diaria. A eso es a lo que nos está llamando la dirección del país. Si decimos que es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, no puede ni debe actuar con blandenguería, pues está en juego la  continuidad histórica.  

 

 

-¿Y sus militantes…?

 

-Deben ser ejemplo, no solo en su colectivo, sino en todos los ámbitos de la vida, sino perderíamos ese prestigio en torno al Partido de que ahí van los “mejores hijos”. Ser ejemplo creo que lo resume todo, pero los que actualmente militan deben ganar mucho más en responsabilidad, sentido de pertenencia, ser más autocríticos, actuar siempre apegados a nuestros principios, ser modestos, no deben cansarse a la hora de enfrentar cualquier problema. Para ello, sobre todas las cosas, se debe ser un verdadero revolucionario. 

 

Tú, que sí eres un joven ejemplar, ¿cómo piensas que debe funcionar mejor el Partido para que sea esa guía de la sociedad cubana que está convocado a ser? 

 

-Para ello creo que debe primar la ejemplaridad, hacer las cosas bien, convertir nuestro trabajo en soluciones, ganar mucho más en preparación de nuestros cuadros y dirigentes en todos los niveles. Preguntarnos a diario qué podemos hacer como militantes y revolucionarios. No podemos ser tan complacientes, debemos ser más críticos y también más inconformes. Exigir y controlar mucho más.

 

Febrero está a las puertas y con él, la asamblea del Partido en Matanzas. Temas como los que se han abordado aquí y otros medulares serán objeto de análisis por la militancia partidista. Se trazarán además las pautas de los tiempos por venir para lograr que esta parte de la geografía cubana sea lo que un día fue y está llamada a ser: el pueblo más laborioso y culto del país.