En los complejos días que se viven, debido a las numerosas carencias, las nuevas generaciones cenagueras por diversas causas han perdido de vista que gran parte de las soluciones a nuestros problemas residen en la mayor riqueza que siempre ha existido: la naturaleza. Reza por ahí un proverbio de Lao-Tsé que expresa que “un viaje de mil millas comienza con el primer paso” y ciertamente existen personas que persiguen encontrar el éxito o beneficios de diversa índole sin antes preocuparse en dar esos pasos necesarios.

En ese camino, recuerdo con nostalgia los tiempos en que los abuelos se las ingeniaban para paliar el hambre y las necesidades, así como numerosos problemas de salud y siempre, entre la diversidad de la flora y la fauna del gran humedal, encontraban solución a casi todo. Si algo ha fallado en ese sentido es la falta de comunicación o socialización del conocimiento, que ha derivado en el olvido -cosa fatal para estos tiempos y los que siguen-.

En tal sentido existe un arbusto que pasa desapercibido a pesar de lo llamativo que es por sus inflorescencias y como pocos, las conserva durante todo el año, siendo una de las especies con mayores valores ecológicos y medicinales en la Ciénaga de Zapata y posiblemente en el país.Para comenzar se hace necesario dar a conocer al Ponasí, nombre que recibe esta especie, una planta melífera, lo que significa que es un potencial tremendo como alimento para las abejas y por ende la presencia de estos insectos contribuye a la polinización de los bosques y la producción de miel, elevando los ingresos para no pocos apicultores en la zona. Igualmente otros muchos insectos la visitan. Estudios recientes demuestran que alrededor de treinta y siete especies de aves se han logrado observar en él, alimentándose de sus frutos, el néctar y gracias a su cobertura de sombra encuentran pequeños gusanitos y otras fuentes de alimentación; así que en un lugar con tanta diversidad de aves resulta un sacrilegio el mero hecho de no reproducir a gran escala esta especie por los bienes y servicios ambientales que genera, entre estos pudiera valorarse el valor ornamental de la especie en cuestión y así se evitaría la introducción de plantas exóticas que tantos perjuicios ocasionan al medio natural.

Por otra parte es muy útil para el tratamiento de heridas y procesos inflamatorios por sus propiedades antibacterianas, igualmente en enfermedades de la piel como la sarna,  escabiosis, el pie de atleta, llagas o lesiones,  entre otras.

Por solo mencionar otros ejemplos, se ha utilizado para tratar los dolores de cabeza, menstruales, el reuma y el escorbuto. Otras muchas dolencias o enfermedades han sido tratadas con esta especie ofreciendo excelentes resultados.

Con profundo pesar se puede afirmar que hoy solo unos pocos hacen uso del Ponasí, y más doloroso resulta el hecho que por el mismo desconocimiento algunos lo corten desmedidamente sin antes valorar lo importante que resulta para la vida humana, puesto que hasta ha servido en tiempos atrás como alimento caprino, cosa ya olvidada entre los montunos cenagueros.

Un ejemplo lo demuestra la tala de toda una franja entre los poblados Playa Larga y Pálpite donde ofrecían además un espectáculo visual muy bello justo a escasos kilómetros de la entrada a la Reserva de Biosfera Ciénaga de Zapata. En el futuro inmediato solo nos queda pedir al lector que cuando encuentren no solo al Ponasí, que es un arbusto excepcionalmente útil, sino a toda planta que no conozca por favor al menos investiguen porque perfectamente su protección pudiera ser el primer paso hacia la solución de algún problema y así, ya darían sus primeros pasos de esas mil millas.

(Por: Lic. Yoandy Bonachea Luis)