La sombra que aflige al Parque Watkin

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Durante meses las familias matanceras solo han podido disfrutar el Parque Watkin desde la distancia. Fotos: Del autor

Durante meses las familias matanceras solo han podido disfrutar el Parque Watkin desde la distancia. Fotos: Del autor.

En la semana de receso escolar, varios padres en compañía de sus pequeños se acercaron al Parque Watkin con la intención de regalarle a sus hijos una jornada memorable. Sin embargo, al llegar al lugar no les quedó más remedio que mirar al interior del recinto a través de los orificios de la cerca perimetral. 

Al aguzar la mirada tal vez pudieron observar las aves en el estanque, o algún que otro animal dormitando en su jaula; pero no alcanzaron a ver, y menos sospechar, los tantos problemas que padece el parque y que lejos de solucionarse se han extendido en el tiempo, como una especie de maleficio que incluso atenta contra la salud de las especies que permanecen en un doble encierro hace casi un año.

Desde junio del 2022 la situación desfavorable que ensombrece el lugar no ha hallado una solución definitiva, todo lo contrario. Quizá sea el motivo por el que a la doctora Mercedes García Serrate le invade cierto pesar cada vez que debe inspeccionar el centro. En el trayecto, se pregunta qué nuevos problemas encontrará. 

En junio del pasado año nosotros determinamos el cierre. Se había escapado un mono por el mal estado de la jaula y en su captura sufrió un accidente que le fracturó la mandíbula, obligándonos a tomar la difícil decisión de aplicarle la eutanasia«. 

En aquel momento, además de problemas con las jaulas, existían serias dificultades con la rotura de una turbina que imposibilitaba la limpieza, lo que hacía evidente que no había condiciones para la exhibición de los ejemplares”.

La jefa del Departamento de Sanidad Animal de la Delegación Municipal de la Agricultura en Matanzas puede enumerar, casi de memoria, la extensa lista de señalamientos detectados en aquella visita.

En un informe con fecha del 11 de junio del 2022 se identificaron otras deficiencias relacionadas con la ausencia de cartel informativo en áreas de exposición, inexistencia de guacales para el traslado de los animales enfermos, y la situación más preocupante de todas: inestabilidad en el suministro de alimentos. En esa ocasión varios ejemplares llevaban días sin comer. 

Nueve meses después, durante otra visita, la doctora detectó nuevamente insuficiencias alarmantes, como la muerte de varias aves, lo que suscitó el temor de los especialistas del centro que ella dirige. El microzoológico funge como punto de aves centinelas, lo cual permite el estudio y monitoreo sobre posibles enfermedades que pudieran introducirse en el país.  

“En el mes de marzo murieron tres gallinas. En un principio temimos se tratara de Gripe Aviar, por lo que se levantó el protocolo para estos casos; pero finalmente los estudios arrojaron que ocurrió debido a la carencia de alimento”. 

La especialista expresa que las aves permanecieron por más de 10 días sin suministro de pienso. Cualquier persona con cierta sensibilidad se exaltaría ante estos decesos por desatención; pero en el Parque Watkin de Matanzas la mortalidad de las especies es un hecho habitual, por más que la Ley de Bienestar Animal disponga en su capítulo VII una serie de acápites de cumplimiento obligatorio para los animales utilizados en deportes, entretenimiento y exhibición.

La larga historia de desatención demuestra que las disposiciones y normativas emitidas por el Consejo de Estado en abril del 2021 devienen letra muerta, como muertos están un gran número de animales, junto a otros que se perdieron sin dejar rastro.

A estas alturas pocos hablan de las aves ornamentales donadas por la Asociación Nacional de Aves Ornitológicas de Cuba que fueron desapareciendo. Mientras, del cocodrilo, el pecarí, el lobo, el torito enano, la hiena, solo queda el recuerdo, porque en ocasiones no existe ni un exámen de defunción que establezca las causas de fallecimiento. 

Buscar un culpable siempre resulta tarea difícil; aunque sin duda el colectivo que labora en el lugar tiene incidencias directas en el asunto, por más que el administrador Fidel Domínguez O’reilly argumente que ante la falta de comida él ha traído alimentos de su casa. 

Si bien reconoce la compleja la situación, alega que poco pueden hacer los trabajadores ante esta problemática, pues la entrada de comida depende de las gestiones de la Dirección de Servicios Comunales en la provincia.

Por su parte, la doctora García Serrate es contundente al afirmar que existe un manual de alimentación con la cantidad de nutrientes que debe ingerir cada animal durante el día. “La falta de alimentación es muerte segura”, afirma.

Paradójicamente, según refiere el administrativo, en los últimos tiempos los leones del lugar muestran un buen estado de salud y hasta algunas libritas de más, pues los contratos con el Ministerio de la Agricultura han estabilizado la entrega de carne vacuna y equina a los leones.

No obstante, vale destacar que una visita al almacén arrojó otra realidad: abundancia de huesos y hasta presencia de restos en descomposición, que a simple vista impidieron precisar qué parte del decomiso de un caballo llegó finalmente a la nevera del parque.

En la mañana del martes 16 de mayo, en un recorrido del periodico Girón por el centro, uno de los cuidadores afirmó que desde hacía algún tiempo los leones solo se alimentaban de huesos.

A veces la desatención no se oculta ni de las inspecciones. El informe de un control de Sanidad Animal señaló que uno de los monos ingería una jaba de nailon.

La alarmante escena quizá fue producto del azar, pero a las tantas dificultades expuestas se suma otra más compleja: la ausencia de un técnico veterinario.

“El técnico veterinario es un ente determinante en un centro de este tipo, quizá la pieza fundamental. Es quien controla, supervisa y atiende cada aspecto de la vida de los ejemplares, la medicación, alimentación, estado de salud, exigiendo siempre que las condiciones sean las idóneas”, reconoce la doctora.

A pesar de ello, desde la Dirección Provincial de Servicios Comunales no se ha logrado gestionar la presencia de este especialista.

UN TRASPASO QUE SE PROLONGA EN EL TIEMPO

La Empresa de Servicios Comunales de Matanzas es la encargada de velar por el funcionamiento del centro. El administrador Domínguez O’reilly expone que desde hace algún tiempo los planteamientos fluyen con más celeridad, así como las soluciones ante ciertas problemáticas, algo que difiere mucho de etapas anteriores cuando pertenecían a la empresa municipal.

El Parque Watkin pertenece a la Empresa de Servicios Comunales; sin embargo, con frecuencia se acumulan desechos sólidos en sus alrededores.
El Parque Watkin pertenece a la Empresa de Servicios Comunales; sin embargo, con frecuencia se acumulan desechos sólidos en sus alrededores.

En cambio, la especialista García Serrate afirma que la solución definitiva a tantas vicisitudes consistiría en el traspaso a una entidad especializada en el manejo de especies exóticas. 

De seguro alarmaría a más de uno conocer que desde el año 2015 la Empresa Cubana de Zoológicos ha visitado una y otra vez la provincia con este objetivo, pero el proceso de traspaso no se ha logrado concretar.

Ya han pasado casi una década e innumerables recorridos, pero no existe una explicación pública convincente que arroje luz sobre la demora del proceso. Algunos alegan que una firma es la causa, otros, la falta de interés de las autoridades matanceras. 

Solo en lo que va del 2023 los funcionarios de este organismo han estado en tres ocasiones en la provincia; incluso, se han reunido con autoridades de aquí, pero aún no se logra vincular el Parque Watking a esta entidad nacional.

Mariela González Cobos, especialista provincial de Microzoológico, departamento perteneciente a la Empresa Provincial de Servicios Comunales, reconoce que el Watkin es de los pocos centros de su tipo en el país que no pertenecen aún a este organismo, deficiencia que no sonroja a muchos, aunque los ejemplares que allí habitan sufran el mal manejo, la desatención, y muchas veces la muerte.

La especialista manifiesta que el traspaso permitiría un mejor tratamiento de las especies. 

Dicha inserción —según pudimos leer en una entrevista realizada por la Agencia Cubana de Noticias a Marvelis Rivera, especialista de gestión ambiental de la dicha entidad nacional— también generaría un amplio proceso inversionista para revitalizar los parques y lograr así su inclusión en las líneas turísticas como un destino de naturaleza. 

En una entrevista presencial realizada el 25 de abril, González Cobo, alegó que aunque ya existían los expedientes necesarios, y hasta se había diseñado un presupuesto, no lograba precisar las causas de la dilatación del proceso.

Un contacto posterior —el martes último—, mediante una llamada telefónica, la propia directiva enumeró algunas causas como las coincidencias con visitas de primer nivel y luego toda la vorágine generada durante los preparativos y realización del proceso electoral.

Preocupante resulta además que los trabajadores del parque confesaron sentirse al margen de la supuesta sucesión, ya que en las continuas visitas no se suele interactuar con ellos.

¿LUZ PARA EL PARQUE WATKIN?

El jueves 18 mayo aconteció un suceso que pudiera despertar cierto optimismo en los defensores del bienestar animal. Al menos así lo piensa el gobernador de la provincia, Mario Sabines Lorenzo, tras reunirse con una comisión de la Empresa Cubana de Zoológicos.

Después del encuentro con la comitiva compuesta por el consejo de dirección de esa entidad y directivos de la Empresa Provincial de Servicios Comunales de Matanzas, Sabines Lorenzo manifestó sentirse muy complacido ante el impulso definitivo al proceso.

Existe un total acuerdo de las partes, lo que permitirá la creación de nuevos proyectos que revitalizarán los tres microzoológicos de la provincia, el Watkin, y los emplazados en Colón y Cárdenas”.

Similar sensación satisfactoria siente el director general de la Empresa Cubana de Zoológicos, Rafael Damián Casalis, al frente de la comitiva.

Por instantes cuidadoso a la hora de emitir un criterio, alega que, aunque conoce las deficiencias, no puede opinar porque aún el parque no pertenece a su entidad.

Se limita a comentar que tras la firma de los expedientes presentados este jueves, el traspaso se va acercando a su concreción; mas, puntualiza que puede extenderse hasta cuatro meses, porque debe presentarse al Grupo Nacional de Flora y Fauna, ente encargado de aprobar el dilatado proceso.

Si bien la Empresa Nacional también se haría cargo de los centros de Cárdenas y Colón, en un primer momento asumirán solamente el ubicado en la barriada matancera de La Marina.

El directivo argumenta que tras formar parte de la estructura nacional, el Parque Watkin mejoraría en muchos aspectos, aunque el tema de la comida seguiría siendo un problema grave que afecta a todo el país.

ENTRE EL OPTIMISMO Y LA REALIDAD

Acerca del propio tema de la alimentación, González Cobos manifestó que los problemas mayores guardan relación con el complemento alimentario (pienso) que se distribuye por balance nacional. “Se realizan gestiones para suplir esa dieta con alternativas como papillas a base de frutas”, expresó; aunque las continuas inspecciones han arrojado otra realidad bien diferente: muerte por desnutrición. 

La directiva reconoce parte de los problemas señalados y enumera entre las razones la fluctuación de personal capacitado.

Estas deficiencias despiertan suspicacias cuando se menciona la futura llegada de nuevas especies como chacales, hienas manchadas, ancoli y hasta un antílope eland. Ello crea el temor ante la suerte que correrán estos especímenes; sobre todo al revisar los resultados de otra inspección realizada en septiembre del 2022, por el Departamento de Inspectores Integrales del municipio de Matanzas.

La investigación consultada por Girón arrojó un grupo de irregularidades que dejan al descubierto otras situaciones mucho más complejas, como la ausencia de tarjetas de estibas de varios productos alimenticios y medicamentos; aspecto que denota poca seriedad y propicia el descontrol. Por ello debiera velar la Dirección Provincial de Servicios Comunales, algo que ha intentado en más de una ocasión el administrador del centro, Fidel Domínguez O’reilly, según refiere. 

Mientras el tiempo pasa, el Parque Watkin permanece cerrado, manteniendo cautivo el gran número de deficiencias que también perjudica a los niños matanceros, imposibilitados de disfrutar de uno de los espacios más singulares de la ciudad, al que urge rescatar de una vez para extirpar tantos incidentes desfavorables que ensombrecen el sitio a la manera de una maldición. 

Reconocemos que el tema de la alimentación hoy es de las problemáticas que más afectan a la población cubana. Muchos en casa saben cuán difícil resulta sostener una mascota. Pero quien sienta amor por los animales se las ingeniará para suministrarles al menos las raciones necesarias para sobrevivir, algo que no ha sucedido en el Parque Watkin.

Es preciso resaltar que los males de allí no obedecen a la compleja coyuntura actual, sino que persisten desde hace varios años, a pesar de los altos montos de las multas aplicadas a directivos de Servicios Comunales. 

Bien claro lo tiene la doctora Ledia Lorenzo, quien desde la Delegación Provincial del Ministerio de la Agricultura en Matanzas vela por el cumplimiento de la Ley de Bienestar Animal, normativa que se viola en un centro donde se ha provocado la muerte a más de un ejemplar por incumpliento de las disposiciones establecidas.

Ante la compleja situación, la doctora explica que no se permitirá la entrada de una nueva especie hasta que se alcance la estabilidad en la alimentación, lo que desdice lo expresado por algunos entrevistados.

El máximo representante de la Empresa Cubana de Zoológicos manifestó que, aunque el traspaso pudiera extenderse hasta cuatro meses, intentarán por todos los medios reducir este período de tiempo.

Por lo pronto, urge crear un mecanismo de supervisión en la provincia donde los máximos decisores incluyan al Parque Watkin entre los frecuentes chequeos para analizar importantes programas sociales, los cuales muestran avances evidentes en nuestro territorio. 

Solo así se lograría erradicar un grupo de males que van más allá de la alimentación, lo que permitiría cumplimentar lo estipulado en la Ley de Bienestar Animal, hasta que arribe la tan esperada y dilatada solución definitiva.