Si quieres estar conmigo, cómprarme un delfín, como dice la canción de reparto, o, por lo menos, llévame al delfinario. Quiero mi foto con Flipper. Sin embargo, ni jugando puedes vivir en un reparto. Tanta arquitectura soviética me mata las ganas.
Si quieres estar conmigo, necesito que tengas una planta eléctrica, para que cuando se vaya la luz en el barrio, nuestro nido de amor parezca Las Vegas. No hablo de las vegas de tabaco de Pinar del Río, aunque un Cohíba ahora, si puedes conseguirlo, me vendría muy bien. Y, por supuesto, lo que sucede en Las Vegas se queda en Las Vegas, que no es lo mismo que lo que ocurre en un reparto. En un reparto todos se enteran de lo que ocurre en un reparto.