Este lunes, desde su cuenta oficial en la red social X, el presidente Díaz-Canel Bermúdez compartía impresiones sobre su visita a un instituto que tiene una historia muy importante con Cuba y es parte de las relaciones de hermandad existentes entre la isla y la República Islámica de Irán.
“Muy grato visitar el Instituto Pasteur de Irán. Su exitosa experiencia con el @FinlayInstituto en la producción conjunta de vacunas contra la COVID-19 es un ejemplo a seguir. Tenemos el compromiso de afianzar los nexos que nos unen, en función del bienestar de nuestros pueblos”.
En la jornada, donde confluyeron científicos de ambas naciones, el dignatario afirmó a modo de justo homenaje al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz: “Hemos llegado hasta aquí por Fidel, que está presente como expresión de la solidaridad que nos enseñó”.
Durante los duros e inolvidables tiempos de pandemia de COVID-19, el Instituto Pasteur de Irán y el Instituto Finlay de Vacunas (IFV) estrecharon alianzas a partir de la vacuna cubana Soberana. Este lunes, durante la visita del presidente Díaz-Canel al centro científico ubicado en Teherán, el director general del IFV, Vicente Vérez Bencomo, estuvo presente en ese momento de indudable relevancia para la ciencia de ambas naciones.
Horas después, en diálogo con parte del equipo de prensa de la Presidencia de la República de Cuba, el científico recordó: “Nosotros empezamos una colaboración con el Instituto Pasteur hace unos cuantos años: desde el 2016 empezamos a verla, y la firmamos en el 2019”.
Bencomo dijo que el Instituto Pasteur de Irán había tenido una colaboración con el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de Cuba, donde se había transferido un grupo de tecnología y se había propiciado una facilidad productiva, donde “las plantas se habían hecho a partir de transferencia de tecnología; o sea, que hay todo un precedente”.
“Ellos (los amigos) se mostraron muy interesados en la vacuna conjugada contra el neumococo, que en estos días estamos terminando”. Sobre ese producto científico complejo y que ha llevado no poco tiempo hacer, Bencomo recordó a la prensa que es “una vacuna que en aquel momento solo la tenía una firma norteamericana, y por lo tanto nuestros niños y los de ellos no tenían”.
“Es una vacuna que promete, por lo que han explicado nuestros científicos”, le comentamos.
“Sí. Y ellos (los iraníes) se interesaron mucho en la tecnología”, explicó el experto, quien hizo alusión a un contrato de transferencia de tecnología y a un pago que el país del Oriente Medio iba a hacer al país caribeño, “para nosotros reinvertirlo en terminar de desarrollar la tecnología” necesaria.
Ahí, según explicó Vicente Vérez, “empezó una relación muy buena con ellos. Avanzamos mucho”. Y en ese punto, el científico trajo a colación la vacuna contra la covid-19, la Soberana 02, una vacuna conjugada, al igual que la vacuna contra el neumococo. Lo dijo porque “cuando empezamos a desarrollar una vacuna conjugada contra la covid, que es la única conjugada que se hizo para la pandemia en el mundo, ellos dijeron: 'Ya tenemos pasos de avance en transferencia y tecnología de vacunas conjugadas, ¿por qué no hacemos también esto para la covid y empezamos una transferencia de la vacuna Soberana 02?'”.
Con la concreción de esa propuesta, Cuba se benefició de la gran capacidad técnica de los científicos iraníes: “Se hicieron muchos ensayos clínicos en Irán, que validaron la vacuna también, y realmente tenemos un nivel de colaboración con ellos muy importante”.
Como todos los caminos verdaderos, este de alianza científica generó, recordó Bencomo, “momentos tensos y momentos de alegría, y realmente hemos creado un equipo conjunto de trabajo entre las dos instituciones”.
Sobre la visita del presidente Díaz-Canel a Teherán, el científico cubano resaltó el valor que ha tenido para relanzar la colaboración mutua “a un momento más alto”.
“Por lo tanto –dijo el director general del Instituto Finlay de Vacunas–, ahora estamos justamente proponiéndonos integrarnos más, ser más complementarios. Ellos tienen algunas vacunas que podemos utilizar en Cuba a través del Instituto Finlay, llevándolas incluso a América Latina, y nosotros vamos a aprovechar la capacidad de ellos para hacer ensayos clínicos aquí, utilizarlas aquí y también en la región”.
Es ese –agregó– un acuerdo estratégico que hemos firmado también, además de todo lo que ya permitió que deudas que teníamos y algunas otras cosas se aclararan en acuerdos que firmamos. “Vamos a lanzar la relación a un nivel mucho más alto”.
“Esto, evidentemente es muy positivo para las dos instituciones, en primer lugar, y para los dos pueblos”.
La visita del presidente cubano al Instituto Pasteur, consideró Bencomo, “fue muy importante”. Primero, porque permitió al mandatario “ver el nivel de relaciones entre las dos instituciones, tan cercanas y tan complementarias”.
La segunda razón tiene que ver con que el dignatario “explicó muy bien el origen de las relaciones entre Irán y Cuba, y qué papel juega la relación entre el Instituto Pasteur y el Finlay”. Bencomo contó a la prensa que en los rostros de los investigadores allí presentes era palpable un efecto, en positivo, que nacía de las palabras del mandatario.
Ante la pregunta de si él siente como promisorio todo lo que se está haciendo, Vicente Vérez Bencomo fue rotundo en la afirmación y dijo estar “muy satisfecho” con todo lo que se ha logrado hasta ahora.