El término patrimonio remite a la herencia que los padres legan a sus hijos, pero puede también interpretarse como la deuda de estos hacia los primeros, bajo la obligación moral de velar por su memoria viva.

El cuidado de aquello en posesión de un determinado valor cultural o histórico, ya sea local o nacional, depende a menudo de las instancias más próximas, del accionar y la atención de quienes más cerca están.

Clara muestra de que el folclor hispano-afro-cubano se extiende por Europa y, en particular por países
escandinavos, es la presencia en Matanzas de 26 jóvenes procedentes de Dinamarca con el objetivo de
aprender y luego expandir en esas lejanas tierras de palacios reales, las danzas, música y el canto llegados desde Cuba, donde también aprenden a tocar los instrumentos afines a las composiciones sobre este arte.

El reencuentro con el deporte, ya sea mediante su práctica o la literatura, es pasión. Por ello, muy enaltecedor resultó, en la mañana de este domingo, la presentación de cinco libros relacionados con béisbol, judo y atletismo, en los que Cuba posee una constelación de monarcas olímpicos, mundiales y del continente americano.

Los haces de numerosos entrenadores y atletas que brillaron con luz propia llegaron a la ciudad de Matanzas con la XXXII Feria Internacional del Libro. Entre ellos destacó el finado Ronaldo Veitía Valdivia, considerado el padre o arquitecto del judo femenino cubano.

“Marianne y Connell son compañeros de instituto, pero no se cruzan palabra. Él es uno de los populares y ella, una chica solitaria que ha aprendido a mantenerse alejada del resto de la gente. Todos saben que Marianne vive en una mansión y que la madre de Connell se encarga de su limpieza, pero nadie imagina que cada tarde los dos jóvenes coinciden. Uno de esos días, una conversación torpe dará comienzo a una relación que podría cambiar sus vidas”.