La provincia cuenta con más de 500 instituciones educativas para una matrícula de 98 116 estudiantes.
José de la Luz y Caballero, una de las figuras más excelsas de la cultura cubana y pedagogo consagrado, dejó para la posteridad la frase: “Instruir puede cualquiera, educar, solo quien sea un evangelio vivo”. En estas pocas palabras, el intelectual cubano definía magistralmente la esencia de lo que debiera ser un verdadero maestro, ese que la mayoría de los padres anhelan para sus hijos y al que los niños miran con respeto y reverencia.
La llegada de diciembre siempre es momento oportuno para enaltecer más la figura de los educadores cubanos, hombres y mujeres que no necesitan de una fecha para que la sociedad los admire y recuerde lo necesario que son en la formación de las nuevas generaciones.
Sin embargo, la histórica epopeya que fue la Campaña de Alfabetización en el año 1961, que redujo a cero el analfabetismo en el país y facilitó el acceso universal a los distintos niveles de educación de manera gratuita, impuso que la fecha en que Fidel Castro declara a Cuba territorio libre de analfabetismo marcara en el calendario el Día del Educador.
A 62 años de este suceso la educación es un derecho de todas las personas y constituye una responsabilidad del Estado garantizar servicios gratuitos, asequibles y de calidad para la formación integral, desde la primera infancia hasta la enseñanza universitaria de posgrado.
En la actualidad, el difícil contexto económico y de crisis de valores que atraviesa Cuba supone un reto no solo para la sociedad cubana, sino también para todos aquellos que tienen la difícil misión de cuidar y formar a lo más preciado de una nación: sus hijos.
Sobre los desafíos que asumen hoy los educadores matanceros, así como las transformaciones acontecidas en el presente curso escolar, Girón conversó con la máster en Ciencias de la Educación Addys Martínez Bernal, subdirectora general de Educación.
—¿Qué distingue al actual curso escolar de los anteriores que estuvieron marcados por las medidas impuestas ante la covid-19?
—Luego de dos cursos en los que tuvieron que reajustarse los programas debido al impacto de la covid-19 en el país, finalmente, en septiembre iniciamos un nuevo período que se extiende hasta el mes de julio, donde tenemos bien definidas nuestras prioridades de trabajo para mejorar la calidad y la educación de nuestros niños, adolescentes y jóvenes.
“En primer lugar, y debido al difícil contexto en el que nos desenvolvemos hoy, debemos trabajar con intensidad en la labor política ideológica de quienes estamos frente al aula y de nuestros estudiantes. También le prestamos especial atención a la cobertura docente y su completamiento en la provincia, por la importancia que ello tiene para la formación de las nuevas generaciones.
“Se convierte en una prioridad además, la preparación metodológica de todos los maestros, así como fomentar la labor educativa preventiva fortaleciendo el trabajo con la familia y con todos los organismos y organizaciones que laboran para alcanzar el desarrollo integral de nuestros educandos”.
—¿Cuál es la situación real que se vive en las aulas matanceras?
—La provincia cuenta con más de 500 instituciones educativas para una matrícula de 98 116 estudiantes. Además, tiene cinco centros provinciales: el Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas Carlos Marx, el Instituto Preuniversitario Informático Carlos Marx, la Escuela Pedagógica René Fraga Moreno, el Politécnico Ernest Thaelmann y la Escuela Pedagógica Roberto Coco Peredo.
“No es un secreto que la cobertura docente es una problemática en la provincia y también en el país. Hoy se encuentra al 89.4 % en el territorio. Como una alternativa para suplir ese déficit se utilizan modalidades como la tarea Educando por Amor que agrupa a los estudiantes universitarios vinculados a impartir clases. Otra solución son los contratos por horas, sobre todo en los niveles de secundaria, preuniversitario y la Enseñanza Técnica y Profesional y el incremento docente-niño.
“También para elevar la calidad del proceso en las aulas utilizamos especialistas, bibliotecarias, maestros de Educación Física, de Artes, siempre garantizando la preparación metodológica de estos docentes.
“Un elemento importante que permite poner a nuestras escuelas en mejores condiciones es el trabajo de inversiones y mantenimientos que hemos venido realizando y cumpliendo desde que empezó el curso y que se mantendrá en 2024”.
—Una de las características de este curso es la labor educativa-preventiva con los estudiantes y las familias. En el actual contexto, ¿en qué sentido se dirigen las principales acciones?
—Nos centramos de manera particular en el trabajo con la familia y la atención a los estudiantes con familias en condición de vulnerabilidad, así como también priorizamos el seguimiento a la resolución 15 del Ministerio de Educación dirigida a la prevención del consumo de drogas.
“De esta forma organizamos acciones preventivas y se han concebido ejercicios en los que se implicaron estudiantes de la primaria, la secundaria, la ETP y el preuniversitario, que posibilitaron intercambiar con las familias sobre la importancia de evitar el consumo de drogas o sustancias psicotrópicas”.