Un curso terminó y vivimos para contarlo
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Un curso terminó y vivimos para contarlo. Ilustración: Carlos Daniel Hernández León
Cada vez que a un niño le preguntan si le gusta la escuela y responde que sí, al búho con birrete que venía en la portada de las libretas, el que se parece al avatar de Duolingo, le da dolor en el cuello. A Tom, el de “Tom is a boy, Mary is girl”, de Inglés, le sale otro grano por el acné; y a Juan, el que compró 40 aguacates para que tú resolvieras el problema matemático, se le pudren 20.