O “¡cuánto cuesta un buen trato!”, podríamos exclamar. Una de mis aspiraciones inmediatas cada vez que entro a una institución pública es experimentar respeto, al menos equivalente al que muestro. A veces lo consigo. Además, de ser posible, espero que dicha cortesía se extienda a cualquiera de mis semejantes, sin preferencias de ninguna clase.

El aporte de las nuevas generaciones es esencial para conservar nuestras playas, la naturaleza. Foto: Hugo García

Medio centenar de estudiantes de la Universidad de Ciencias Médicas y de la escuela pedagógica René Fraga Moreno unieron sus esfuerzos en una jornada de limpieza de la playa El Mamey, en las afueras de la urbe, como parte de las acciones previas para el comienzo del verano, el próximo sábado.

Vivo en una ciudad de luz. Recorro sus calles y tropiezo con un aluvión de destellos. El niño que sonríe. La muchacha del vestido de flores. El perrito callejero que sube y baja Narváez con sus paticas a rastras.

Seres de luz me rodean. Es difícil no detenerse a observarlos. Cual mar de estrellas fugaces, fuegos fatuos o cocuyitos de Luna, los habitantes de esta ciudad luminosa recorren sus itinerarios sin saber que son parte de algo mayor; sin percatarse del halo que rodea sus cuerpos.