Mientras una turba de personas trataba de abordar el ómnibus con destino a Peñas Altas y los que ya lo habían hecho se acomodaban como podían en el interior, la joven se abrió paso entre la multitud con cara de frustración. Muchos la observamos, era imposible no hacerlo, pues todos teníamos un objetivo en común: abordar el medio de transporte, el único que se había detenido allí en un buen rato. Y ella, que lo había conseguido, lo abandonaba.