En el asalto perdieron la vida cinco de los asaltantes. El resto de los asesinos fueron perseguidos, torturados y posteriormente asesinados. Sus cadáveres quedaron expuestos en la explanada del Cuartel Goicuría hasta su enterramiento.

Aquel domingo, el último de abril de 1956, ni Reynold García ni los más de 50 hombres que pretendían tomar el cuartel Goicuría por sorpresa podían adivinar el destino fallido de la acción que durante meses habían preparado con especial recelo. Nada indicaba que el sueño casi acariciado de entregar armas al pueblo y combatir definitivamente a la dictadura después de tres años de represión e incertidumbre, fracasaría; ni que la muerte del principal líder de la acción, ni la masacre que sobrevino al encuentro en la posta número 6 serían la gran sorpresa del asalto. 

La consagración de «toda su vida a luchar por la mujer» que, en definitiva, es lo mismo que pensar y construir un país más justo, resume lo que fue Vilma Espín Guillois.

Impulsora de la «Revolución dentro de la Revolución» que protagoniza la Federación de Mujeres Cubanas –de la que es su eterna presidenta– nos legó su ejemplo, que «es hoy más necesario que nunca».

 

El armamento exhibido en el Museo Memorial Playa Girón, en general incluye a las naves aéreas, las que fueron retocadas para la ocasión de una Jornada que promete ser inolvidable. Fotos: Cortesía de la fuente

El Museo Memorial Playa Girón viste sus mejores galas para iniciar por todo lo alto la Jornada por el Abril Victorioso de 1961, ocasión en el que el pueblo cubano, encabezado por el invencible Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, derrotó de forma aplastante a las hordas mercenarias formadas, pagadas y entrenadas por el gobierno de Estados Unidos.

Inquieto el oleaje; ansiosa la playa, como si presintiera el desembarco audaz que aquel lunes, 1ro. de abril, estaba a punto de glorificar sus arenas. Casi en el adiós de la madrugada persistían las nubes renuentes a darle paso a la luz. Abajo, Duaba, en espera del amanecer demorado por el mal tiempo.

Han pasado 129 años, y es posible todavía imaginar, en el claroscuro de la hora y del clima adverso, la silueta de los 23 hombres que, a bordo de una goleta endeble, emergían casi a la deriva entre el oleaje de un mar furioso.