Con la inauguración en el museo Palacio de Junco de una muestra especial dedicada a José Jacinto Milanés, los matanceros rindieron homenaje al poeta, en el aniversario 160 de su fallecimiento.

Se aprovechó el espacio sistemático de la Peña del Adulto Mayor para develar la exposición que integra una fotografía del escritor y la corona mortuoria que se empleó en sus honras fúnebres.

Hay vibraciones que vienen de adentro. No sabemos bien de dónde: del subconsciente, del alma. Solo conocemos que están ahí y que de alguna manera debemos sacárnosla de adentro. Entonces, para que no se queden ahí dando vueltas entre la psiquis y el verso, empleamos las artes. El último y gran pecado es el silencio.

No importa si las encrucijadas te hayan conducido por otras vías u otras vidas y elegiste el escalpelo y el estetoscopio o construir puentes o echar chismes, que dicen que es a lo que se dedican los periodistas, y no dedicarte en sí a las artes, sin embargo no puedes quedarte callado.

El viejo y el mar es una novela corta escrita por Ernest Hemingway en 1951, que vio la luz al año siguiente. Fue su última obra importante publicada en vida y posiblemente la más famosa. Aunque ha sido objeto de numerosas críticas, es considerada como uno de los trabajos más destacados del siglo XX, reafirmando el valor literario del autor. Un año después de su publicación, este recibió el Premio Pulitzer y posteriormente el Nobel de Literatura por ella. 

Los payasos y sus payasadas son tan antiguos como la necesidad humana de reír y entretenerse. Cuentan que en las civilizaciones antiguas de Egipto y China, ya había payasos en los séquitos de faraones y emperadores. Tiempo después, aparecen como parte de obras teatrales en Grecia y Roma. En México se dice que cuando Cortés conoció a Moctezuma, dentro de su corte existían enanos y jorobados bufones parecidos a los del viejo continente. 

¡Oh, Nocturno! Cuántos recuerdos,  anécdotas, citas de amor se agolpan en la mente al invocar tu nombre. Desde hace 57 años tus fieles seguidores, varios transitando a estas alturas la séptima década de vida o quizá más, esperábamos como locos en tus inicios allá por 1966 para disfrutar tus románticos temas musicales.

Entre los recuerdos destaca mi etapa de estudiante, en la Secundaria Básica Bonifacio Byrne, situada en el entonces Reparto San Rafael, cerca del desaparecido Ateneo Deportivo, en esta ciudad de Matanzas. Uno de nosotros escuchó, en el citado año, el nombre de un nuevo programa musical, Nocturno, y ya a la semana todo el estudiantado sintonizaba ese espacio de Radio Progreso.