“Marianne y Connell son compañeros de instituto, pero no se cruzan palabra. Él es uno de los populares y ella, una chica solitaria que ha aprendido a mantenerse alejada del resto de la gente. Todos saben que Marianne vive en una mansión y que la madre de Connell se encarga de su limpieza, pero nadie imagina que cada tarde los dos jóvenes coinciden. Uno de esos días, una conversación torpe dará comienzo a una relación que podría cambiar sus vidas”.

Con un Concilio de las Aguas dedicado a Brasil, país invitado de honor, quedó oficialmente inaugurado el segmento matancero de la XXXII Feria Internacional del Libro, la noche de este miércoles 6 de marzo en el Teatro Sauto.

El espectáculo, concebido con el exquisito gusto de todo lo que organiza el editor Alfredo Zaldívar, contó con las actuaciones de la cantante Olga Margarita Muñoz, el guitarrista Mario Guerra, la pianista Hilda Elvira Santiago, el chelista Dayan Mirabal, la camerata José White que dirige el Maestro Bienvenido Quintana, la bailarina Liliam Padrón, la soprano Lucelcys Fernández. Todo combinado con la literatura del gigante sudamericano: Clarice Lispector, Carlos Drummond de Andrade, Cecília Meireles, entre otros.

El reloj marca la cinco de la tarde y comienzan a llegar los bailadores al espacio conocido como Entrepuentes. De a poco aparecen los problemas de siempre, que si una guagua no pudo salir, que si la luz se va a las seis de la tarde, que si no se quién falta por llegar.

Los muchachos del audio prenden la música cubana y los bailadores dispersos comienzan a marcar. Algunos hablan sobre la coreografía, otros sobre temas personales, incluso una muchacha rubia se detiene para saludar a un conocido que pasó por ahí.

María Alejandra Quevedo Alfonso, la metodóloga provincial de danza, se me acerca y me dice: “Oye periodista, de que rompemos el récord, lo rompemos”. De repente me invade un poco de escepticismo, superar a 1 595 personas bailando casino de forma sincronizada luce como una tarea titánica y aquel ensayo como que se me queda corto.

El plazo para competir por el récord Guinness de la rueda de casino más grande del mundo es el 5 de mayo próximo en la Plaza de la Revolución y los minutos pasan como si nada hasta las cinco y media de la tarde. Alguien recuerda insistentemente que la electricidad la tumban a las seis, que hay que apurarse.

De repente la canción del ensayo suena y pasa algo mágico, como si el tiempo se parara en seco dándole paso a la música. Los muchachos que forman la rueda, comienzan a bailar y parecen uno solo, los pasos, las palmadas, los giros, las sonrisas, cómo si llevaran el son en la sangre.

Las personas en los alrededores se acercan al espacio y sacan sus celulares para grabar, incluso alguno se envalentona y se suma al baile desde su lugar. Los que como yo se quedan estáticos, sonríen, porque la alegría es contagiosa como pocas cosas en la vida.

En el momento en que aquellos muchachos bailaban, otras ochenta parejas hacían lo mismo en Perico, Cárdenas, Jovellanos, Colón, Unión de Reyes, Jagüey Grande y Los Arabos. De seguro existió un momento de la tarde en el que bailaron todos juntos, unidos por una canción.

En un punto la canción termina, todos se saludan, se abrazan y el tiempo arranca de nuevo, las dudas se despejan y el récord parece alcanzable. El cubano lleva el casino en la sangre y en los pies, ahora solo queda retomar el son.

Del 7 al 10 de marzo próximo se desarrollará en Matanzas la XXXII Feria Internacional del Libro, dedicada a Isabel Monal Rodríguez, Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanidades, a Francisco López Sacha, narrador, ensayista y profesor de arte y a José Manuel Espino Ortega, poeta, narrador, dramaturgo y autor para niños.

El evento homenajeará además el 120 Aniversario del natalicio Alejo Carpentier, el 150 Aniversario de la caída en combate de Carlos Manuel de Céspedes y el 30 Aniversario de Teatro de las Estaciones. El país invitado de honor es la República Federativa de Brasil y como invitado extranjero contará con el mexicano Amando Aguilar Gordillo.