Yenli Lemus Domínguez y Shavelly González García (estudiante de Periodismo)
Matanzas, 17 feb (ACN) Una treintena de personalidades que hacen de La Atenas de Cuba un sobrenombre vivo para esta ciudad proclamada como tal hace hoy 162 años, recibieron La Tórtola, máxima distinción que otorga la dirección provincial de Cultura en Matanzas.
La Atenas de Cuba impone un reto a los artistas: mantenerse siempre en busca de nuevos logros, nuevos motivos de desarrollo para que los habitantes de la ciudad se enorgullezcan por tenernos en ella, opinó Rocío Rodríguez Fernández, directora de Teatro El Mirón Cubano y una de las más jóvenes agasajadas.
Entre quienes recibieron La Tórtola igualmente se incluyeron Hugo Hodelín, destacado poeta; Daneris Fernández, escritor e investigador; Maritza Cuba, directora del Registro Provincial de Bienes Culturales; así como también las periodistas Ana Valdés Portillo y Marielena Bayón.
La cultura de la Atenas se construye también más allá de la ciudad de ríos y puentes, ese es el pensamiento de los habitantes de la provincia porque en todo el territorio existen personas que hacen mucho por "la matanceridad", comentó Jesús Yanes, director de Cultura en el municipio de Colón.
Kalec Acosta, director del teatro Sauto, Monumento Nacional, expresó que la distinción constituye un grato reconocimiento al trabajo, y comparte el logro con sus compañeros del coliseo neoclásico, una institución emblemática para fomentar buen gusto y promover lo mejor de las artes cubanas.
Durante la gala en la Sala de Conciertos José White ratificaron su talento el Coro de Cámara de Matanzas, con la guía del maestro José Antonio Méndez Valencia; la compañía Danza Espiral, dirigida por Liliam Padrón; y Los Muñequitos de Matanzas, emblemática agrupación defensora de la rumba.
El lauro que otorga la dirección de Cultura en Matanzas toma su nombre del poema La fuga de la tórtola, uno de los textos más conocidos de José Jacinto Milanés, bardo del siglo XIX que trascendió como uno de los principales cultivadores del drama romántico en lengua española y que constituye símbolo de identidad local.
Fue en la sede primera del Liceo Artístico y Literario de Matanzas, en el callejón de San Severino, donde Rafael del Villar proclamó a la ciudad como La Atenas de Cuba, el 17 de febrero de 1860, por su esplendor cultural, económico y social; sobrenombre que perdura hasta la actualidad y enorgullece a los moradores de la urbe.