La restauración de documentos antiguos resulta una de las más importantes prioridades de la Oficina del Conservador de la ciudad de Matanzas, la cual posee el primer taller especializado en la realización de esta actividad.

Daylin Bilbao, licenciada en restauración y conservación de bienes muebles, es la especialista encargada de este trabajo: “Matanzas tiene una gran riqueza de patrimonio documental , muchísimos ejemplares únicos y de carácter histórico tenemos en el Archivo Histórico, el Palacio de Junco, el Museo San Severino e instituciones como la biblioteca y la Oficina del Historiador.

“En el taller tenemos un convenio con varias de estas instituciones. Estos documentos son trasladados hasta el taller para poco a poco, según los materiales que tengamos y el nivel de complejidad de los documentos,  restaurarlos. Todo el proceso se realiza allí, primeramente de conservación y después en caso de llevar alguna intervención en la parte de restauración se le hace, y siempre manteniendo las leyes de la restauración. Tratamos de hacer la mínima intervención, sobre todo conservaciones curativas para prolongar la vida de los documentos».

El taller también está en función de la enseñanza práctica y la preparación de los estudiantes como futuros restauradores, quienes también permanecen vinculados a los proyectos de restauración, tarea encomendada a Bilbao.

“Aparte de esta misión de restaurar y conservar, también tenemos otra: dar clases a los alumnos de la parte de restauración general, al menos las normas generales de reparación y conservación y así puedan enfrentarse el día de mañana a cualquier actividad de este tipo”.

La profesionalidad y dedicación con la cual trabajan en él alumnos y especialistas les ha hecho merecer, en más de una ocasión, elogios y felicitaciones, nos cuenta Leonel Pérez Orozco, Conservador de la ciudad matancera.

“Para el 500 aniversario de La Habana logramos restaurar el libro de las firmas de la exposición del Palmar de Junco de 1881, una de las más importantes en el siglo XIX. El ejemplar estaba muy destruido por el paso de los años y el uso del mismo; fue restaurado por Daylin y un equipo de estudiantes de la escuela Daniel Dall´Aglio a un nivel de detalles que asombró a los propios especialistas de La Habana, quienes al verlo felicitaron grandemente a Matanzas”.

Trabajar con los fondos particulares más valiosos del Archivo Histórico y las actas capitulares de la urbe yumurina ha sido una de las misiones del grupo, comenta Orozco.

“Nos dedicamos a la restauración de otros elementos importantes del Archivo Histórico. En este caso Becerro, el libro de memorias del Ayuntamiento de Matanzas, narra parte de la historia de la urbe y los hitos más importantes del quehacer de nuestra historia a partir de 1693. Este manuscrito estaba también muy malo por el uso, por lo cual fue restaurado y ya está dispuesto nuevamente para seguir brindando sus servicios.

“Se han reparado además los expedientes de Carilda Oliver, José Raúl Capablanca, Conrado Benítez, René Fraga y muchos otros importantes próceres y mártires de la Revolución cubana, los cuales estaban archivados y ahora poseen una protección, una caja terminada con todos sus documentos interiores”.

El taller de restauración de papel de la Oficina del Conservador surgió con una importante misión, salvaguardar el extenso patrimonio documental de la ciudad de Matanzas.

• Por Lorelys Pimienta Gómez, estudiante de Periodismo