El matancero Callejón de las Tradiciones tuvo este sábado un ajetreo diferente. Los festejos por el Día de los Niños trajeron al lugar la algarabía de infantes, motivada por las presentaciones del proyecto sociocultural X amor a mi raíz, unidades artísticas de la Casa de Cultura Bonifacio Byrne y el espectáculo infantil Barquito de Papel, actividades que contaron con visitantes especiales: representantes de la Unicef Cuba.

Modelaje, música, danza y juegos de participación, esos últimos de manos del elenco dirigido por Fara Madrigal, además del entretenimiento, llegaron cargados de mensajes que fomentaban, incluso, el amor y el cuidado de la naturaleza.

Pero el entretenimiento no fue la única razón de convocar a niños, adolescentes y sus padres. La prevención y eliminación de las violencias estuvo entre los principales objetivos de la cita, que contó con la participación de representantes de la campaña Mídete y del proyecto Crianza Respetuosa, dos de las principales líneas de trabajo que actualmente desarrolla Unicef Cuba.

Como parte de esa estrategia, sesionaron los encuentros “Violencias y adolescencias en la Cuba de hoy” y “¿Es posible criar con respeto?”, y se presentó el libro “Bienestar psicológico de niños, niñas y adolescentes”, una compilación de artículos sobre crianza positiva para madres, padres y cuidadores, de Roxanne Castellanos Cabrera.

MÍDETE EN MATANZAS 

La oficina de la Unicef en Cuba tiene entre sus programas de cooperación con el gobierno cubano, uno dedicado a los temas de protección de la infancia, esencialmente frente a la violencia y otras situaciones de vulnerabilidad. 

“A partir de una encuesta que realizamos en el año 2019, identificamos que el 41 % de nuestros niños y adolescentes encuestados habían vivido situaciones de violencia en el ámbito familiar, e identificamos una necesidad de trabajar para prevenir la violencia y formar a madres, padres y cuidadores en este sentido”, refiere Lisy Alina Jorge Méndez, oficial de Protección de la Infancia, de Oficina Unicef Cuba.

“La campaña Mídete ha funcionado desde 2021, y está prevista hasta el 2024. Articulamos alianzas con múltiples instituciones a nivel nacional y en diferentes provincias del país. Acá hemos venido gracias a la colaboración de Afroatenas, un proyecto comunitario local, que nos ha abierto las puertas para sensibilizar y hablar sobre la temática de la violencia.

“Para referirnos a los temas de violencia que afectan a niños y niñas, se requieren espacios de intercambio, no solamente unidireccionales donde alguien puede hablar, o un producto comunicativo sobre el cual no puedes intercambiar. Hay que compartir experiencias de vida, como hoy, que han sido muy interesantes, valiosas y constructivas”.

CULTIVANDO PAZ DESDE LA INFANCIA

Hacia niños y adolescentes estuvo dirigido el espacio “Violencias y adolescencias en la Cuba de hoy”, coordinado por el proyecto Escaramujo y presentado por Claudia Pérez Toledo, profesora de la facultad de Psicología de la Universidad de La Habana.

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“Trabajamos mucho en la campaña Mídete con el público adolescente, pensando en una masa que ya crezca sabiendo que la violencia no es un método de crianza, no es un método de resolver conflictos en su vida cotidiana y que en el futuro eduque también de manera positiva”, refiere Lisy Alina, presente en el inicio del intercambio.

“Es la tercera ocasión que Mídete me convoca a eventos. Hoy estoy aquí, en Matanzas, hablando directamente sobre temas de violencia, hacia niños y adolescentes, y de cómo prevenirlos desde la comunidad, desde las redes sociales, las familias, la escuela…”, comenta Ingrid Lobaina, un rostro conocido entre los matanceros por sus disímiles personajes en producciones de la pantalla chica, entre ellos, Noemí en la gustada serie Calendario.

“Tener un espacio para interactuar con los niños es de vital importancia. Ellos son muy transparentes a la hora de expresar sus criterios, pensamientos, emociones y sentimientos. Estos intercambios me permiten tener una idea de cómo están pensando nuestros pequeños, cómo están actuando desde sus comunidades, cómo está vibrando mi sociedad, y a lo mejor, también me alerta sobre cosas que puedo defender como artista”, considera Ingrid, quien acude además en rol de fotográfa dentro de la delegación habanera.  

UN PROYECTO DONDE TODOS APRENDEN

El proyecto Crianza Respetuosa surgió también en el contexto de la pandemia. Como parte de la visita a la Atenas de Cuba, sus representantes intercambiaron con madres, padres y actores de la comunidad,  bajo la premisa “¿Es posible criar con respeto?”

“Crianza Respetuosa es un proyecto del Centro de Estudios de bienestar psicológico de la Universidad de La Habana”, comenta Tamara Roselló, oficial de Comunicación de UNICEF. “En este espacio, con cuidadores, madres, padres, abuelos, abordan el tema de la crianza sin violencia y  presentan un libro de bienestar psicológico de la profesora Roxanne Castañeda, que es la promotora principal de ese proyecto. Con la campaña tratamos de involucrar actores comunitarios, institucionales, que están haciendo esfuerzos en el país para sensibilizar y fortalecer capacidades desde las infancias en el abordaje de esta problemática, y también como una plataforma que les convoque, integre e invite”.

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Para la oficial Lisy, estos intercambios no solo benefician a quienes tienen a su cargo la guardia y cuidado de infantes. “Para quienes trabajamos los temas de niños y niñas siempre es enriquecedor trabajar con madres y padres, la experiencia personal de la crianza que realiza cada uno de ellos, de sus interacciones con los infantes en contextos diversos, como puede ser en sus roles de padres, de maestros o de profesores de proyectos comunitarios. 

“Nosotros en Unicef lo hacemos desde un enfoque de cambio social y de comportamiento; es decir, requiere tiempo. En un día no se logra que las personas funcionen de una manera diferente a cómo les han criado o han crecido, y eso lleva un trabajo constante de intercambio, de este tipo de intervenciones.

“Por eso ha sido tan valioso el encuentro, donde las personas hablaron con sinceridad desde sus propias vivencias, y todos aprendimos”.

Arianna Hernández es una de las madres participantes en el intercambio. “Pienso que este taller fue muy instructivo, productivo e importante para nosotras, las madres y cuidadoras,  a la hora de educar a nuestros hijos, nietos, primos, sobrinos o cualquier infante, en general. Se tocaron muchos temas acerca de la comunicación y el respeto”, asegura.

Para Liset Pérez, otra progenitora presente en el intercambio, “fue perfecto, un momento donde se liberaron sentimientos en mí, sin miedo a críticas, donde se debatió mucho sobre crianza y se escucharon consejos de parte de los especialistas. Fue un encuentro enriquecedor”.

FOMENTANDO LAZOS

Annia Arbolaez Sansaric, coordinadora general de la experiencia comunitaria X mi raíz, y encargada de las acciones de la campaña Mídete en Afroatenas,  considera importantes los intercambios entre niños, jóvenes, padres y actores de la comunidad y los representantes de la Unicef. “El encuentro vaticina un buena etapa para el activismo cultural en función del desarrollo de las comunidades desde las diferentes partes participantes, pero también con sus respectivas articulaciones.

“La jornada demostró las capacidades de generar la transformación  a partir de la base de los procesos y teniendo como protagonistas en tal caso a los adolescentes, que se disponen con un optimismo inconmensurable a propiciar una sociedad más justa, naciendo de la eliminación paulatina de la violencia”.

“Me llevo una experiencia fantástica. El Callejón está muy bonito, lleno de mucho arte, las personas muy implicadas en lo que es la crianza, promover el bienestar de nuestros niños, niñas y adolescentes. Las propias maestras que fueron al curso propusieron muchas ideas de acciones inmediatas. Estoy muy agradecido con lo que se logró en este lugar”, comenta Luis Ángel González, coordinador del proyecto Crianza Respetuosa, psicólogo y profesor de la Universidad de La Habana.

Luego de los intercambios, queda aterrizar conceptos, expandir ideas, multiplicar las enseñanzas aprehendidas en el Callejón de las Tradiciones, un espacio donde, además de arte, se fomentan las buenas conductas y, sobre todo, el amor.