A escasos metros de la terminal municipal y como fortaleza de una ciudad que sobresale por su primicias, Telebandera llega, vital, a su décimo octavo aniversario. 

No fue casualidad que Cárdenas fuera elegida por nuestro eterno Comandante Fidel Castro para fundar en ella, en 2005, un telecentro municipal. Por varios años la Ciudad Bandera de Cuba se convirtió en epicentro de la Batalla de Ideas, iniciada con el reclamo por la liberación del pequeño Elián González.

Una revista especial de dos horas marcó la primera salida al aire aquel 27 de agosto. A partir de septiembre de ese propio año, cada sábado y domingo la televisora comunitaria ofrecía una programación regular de 6 horas, que incluía propuestas locales y foráneas.

El noticiario Acontecer y la revista Señal estuvieron entre los primeros espacios arropados por el telecentro, que encontraron la vía para reinventarse y acercarse más a la preferencia del cardenense, permaneciendo en el tiempo por estas casi dos décadas de entregas y desafíos.

“En tres tiempos”, “Suena mi música”, “La muela del Cangrejo”, “Cámara en Mano” y “Coordenada Cultural”, son algunos tesoros que formaron parte de la parrilla televisiva del único telecentro municipal matancero. A ellos se suman otros espacios insignes como “De mi ciudad”, una esperada cita con la historia, o “Combinación cardenense”, que ponía al tanto del acontecer  deportivo del territorio.

Mucho han variado sus propuestas desde entonces. Tampoco sus días de transmisión son los mismos. Pero las esencias de la institución se mantienen vigentes, sobreponiéndose a limitaciones económicas y fluctuaciones del personal.

Aún quedan rostros de ese agosto, que se rehúsan a abandonar el centro en que se han sentido útiles, realizados y donde continúan dando lo mejor de sí, como el luminotécnico Abel Mederos y el consagrado periodista Alexei McIntosh León.

En los cruentos tiempos de la Pandemia, Telebandera multiplicó sus teleaudiencias y se convirtió en referente de noticias y actualidad. 

Ni zonas rojas, ni alarmantes números de contagios frenaron al colectivo, que en 2020 extendió sus emisiones al aire, para ser más efectivos y constantes en la comunicación de crisis.

Desde 2005 han sido muchos los desafíos, que no cesan, pero tampoco el empeño de quienes se preocupan por mantener activa esta obra de Fidel y la Revolución. 

Casi dos décadas después, “satisfacer las necesidades informativas, educativas-formativas y recreativas del cardenense, con propuestas originales y de calidad, dirigidas a los diferentes públicos” continúa siendo el objeto social del telecentro que, como Quijote, no le teme a molinos, y ante las adversidades, se crece.