Los dioses y una historia de amor en febrero
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Toda mi vida se ha basado en estar entre aulas y campos de béisbol. En esos lugares siento que puedo ser libre e invencible. Por cosas del destino, el deporte y yo sufrimos un divorcio bastante duro. Aún en mi corazón siento ese amor tan fuerte como el primer día que jugué a la pelota.
Siempre me han hablado de los “dioses del béisbol” (en este caso del softbol), seres omnipotentes que, desde el más allá, mantienen la justicia y el equilibrio de la vida en la tierra. Ellos fueron los encargados de que recibiera esa llamada inesperada.