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Locos por la adrenalina

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La adrenalina, la libertad, ese sueño de poder volar que muchos tenemos de niños, se hacen realidad durante esos pocos segundos que dura la caída en uno de los deportes de riesgo, o deportes alternativos, que se practican en Cuba: el puenting.

Sujetos por una cuerda, los «atrevidos» saltan desde un puente para experimentar sensaciones que de otra manera no alcanzarían.

Aunque su surgimiento como deporte extremo se ubica en Francia, sus orígenes son milenarios y se utilizaba como rito asociado a la fertilidad, con otras características y mucho más riesgos de los que que se corren hoy en día.

Helmut Kiene, un escalador alemán, fue quién comenzó su práctica como deporte en los años 70. En esencia ató una cuerda en un puente sobre el río Les Usses (Cruseilles) y saltó desde otro que estaba a 50 metros.

En ese momento, y debido a la técnica empleada, era necesario saltar desde un segundo puente, pero hoy en día se modificó la forma de sujetar la cuerda y solo se requiere uno.

En Cuba no es muy común este ejercicio, por lo que las experiencias vividas en el puente Canímar llaman notablemente la atención de muchos.

Una vez creadas las condiciones de seguridad, se produce el emocionante salto. Foto: Cortesía del entrevistado.

Yunior Expósito Eckelson, uno de los instructores matanceros, accedió a brindarnos solo un bosquejo de lo que ocurre en ese sitio privilegiado de nuestra geografía.

«Los que dirigimos la actividad pertenecemos a la Sociedad Espeleológica de Cuba. La mayoría somos de Rescate y Salvamento en activo, del Cuerpo de Bomberos; o sea, que se realiza bajo la supervisión de personas preparadas en acciones que conlleven cierto tipo de riesgo. Algunos han hecho saltos en paracaídas, y la idea del puenting surgió ya hace varios años, por lo cual no somos los primeros. La diferencia es que tenemos los instrumentos adecuados y actualizados para realizar los saltos con la mayor seguridad y profesionalidad posibles».

La elección del sitio de salto no es algo casual, pues existen pautas y condiciones idóneas que se basan fundamentalmente en la seguridad de los participantes, pues de nada sirve una emocionante caída al vacío si esto conlleva algún margen de accidentalidad.

«Canímar no es un lugar escogido al azar. Uno de los métodos de seguridad que existen es que debe realizarse en puentes con estructura de arco, que no son muy comunes en Cuba. En nuestra provincia está también el Bacunayagua que presenta limitantes como la existencia de la vegetación debajo y la altura, pues son más de 100 metros.

«Por el contrario, el de Canímar ofrece todas las ventajas y bondades para hacer este tipo de actividad con seguridad. La altura es moderada, pues son unos 39 metros».

«¡Están locos!», se oye decir a algunos que no darían un paso fuera de la gigantesca estructura que atraviesa el río matancero, pero más allá de la intrepidez, la unidad y camaradería reinan a la hora de vivir cada salto.

«Somos como una familia, y cada jornada la convertimos en una oportunidad para compartir y establecer nexos más allá del puenting. Somos varios instructores de La Habana y Matanzas y la mayoría de los participantes somos jóvenes, aunque también se cuentan personas de mediana edad. Es una actividad novedosa y quienes acuden a ella buscan una forma de recreación sana, algo distinto a un bar u otra opción tradicional».

Dado que en nuestro país no es habitual la práctica de deportes extremos, esta situación dificulta un poco que el puenting llegue a todo el que pueda estar interesado.

«No tenemos una organización que nos agrupe y que sea reconocida, aunque existen clubes de paracaidismo y otros deportes. Eso influye en que los equipamientos e insumos para hacer lo que hacemos corra a cargo de los organizadores y de los propios participantes».

No solo la adrenalina une a este grupo, ya que la ciencia forma parte de las acciones que emprenden como parte de su crecimiento personal.

«Compartimos además otro tipo de intereses, como la espeleología, y tenemos cosas en común; de esa manera se vuelve amena la experiencia y hemos formado un grupo muy unido. En el ámbito espeleológico realizamos también acciones con jornadas científicas que se llevan a cabo anualmente en varios escenarios, donde compartimos conocimientos y experiencias».

Existen varios tipos de puenting en dependencia de la forma de la caída y otros aspectos que se tienen en cuenta, como la manera en la que se ata la cuerda a la persona que va a realizar el salto.

Son numerosos los aspectos a explorar de este deporte llamado alternativo, acerca de los cuales estaremos indagando en una próxima aventura sobre el río Canímar.

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