Los Cocodrilos de Matanzas y los Alazanes de Granma van en busca de la Corona del béisbol cubano en la Serie Nacional 60, una disputa que se iniciará el domingo venidero a las dos de la tarde en el estadio neutral José A. Huelga, de Sancti Spíritus, escenario donde el primero que gane cuatro de los siete juegos programados se alzará con el anhelado galardón de campeón y el que pierda tendrá el consuelo de ser subcampeón.
Ambos conjuntos han saboreado antes las mieles del éxito guiados por dos expertos con largo aval en las lides beisboleras: Carlos Martí, por los también representantes del oriente cubano, y Armando Ferrer, en el timón de los rojos que igualmente representan al occidente.
Más allá de simpatías regionales, la pelota cubana está de pláceme como espectáculo que contribuye a aliviar las tensiones en medio de una prolongada pandemia, que obliga a muchos a permanecen en casa.
Ante la escasez de espacios de entretenimiento, el béisbol es sin dudas el espectáculo más anhelado por millones de aficionados, que podrán disfrutar ahora de una Gran Final en la que unos y otros han declarado la disposición colectiva de entregarse en el terreno en pos del gallardete.
En los predios granmenses, el director Carlos Martí ha declarado que, a pesar de las afectaciones padecidas, derivadas de la Covid 19, aspiran a ganar el campeonato, y para eso sus peloteros se preparan tenazmente en el estadio Mártires de Barbados, en Bayamo.
Las prácticas priorizan ejercicios apropiados para elevar la efectividad de los bateadores, habida cuenta el prolongado tiempo de inactividad que han padecido. A decir de Martí, existe una armonía en el entendimiento entre jóvenes y veteranos, en un plantel que, al igual que los Cocodrilos, irá a la final sin refuerzos, a diferencia de la práctica en los campeonatos más recientes.
Públicamente, Martí ha declarado sus respetos para el colectivo matancero, en el que reconoce buen poder ofensivo y con un colectivo técnico de elevada experiencia, por lo que pronostica un final cerrado.
Ferrer está contento, pero sabe que será el terreno el que decida
El estadio Victoria de Girón, sede de las prácticas de los matanceros, es el escenario desde donde el mentor Armando Ferrer, muy contento, además, con su designación como manager de la selección nacional que irá próximamente al torneo de Curazao, expresa el orgullo que experimenta por la demostración de sus muchachos en la semifinal ante Las Tunas, donde supieron remontar un balance adverso de 0-2 para ganar consecutivamente los cuatro desafíos que le otorgaron el boleto a la Gran Final, para la cual se preparan con gran ilusión de revalidar el título que ganaron en la Serie Nacional 59.
«Mi gran sueño es ganar un evento internacional de envergadura como Centroamericanos, Panamericanos o Mundial, aunque ahora aspiro a triunfar con este equipo Cuba en la Copa del Caribe de Curazao», afirmó Ferrer, quien agradeció la confianza depositada en él para conducir a la escuadra nacional, reseña el colega Hugo García el diario Juventud Rebelde..
La disciplina parece ser una de las armas más importantes de Matanzas, habida cuenta no han afrontado dificultades respecto de la Pandemia de la Covid 19, a diferencia de otros conjuntos que se han visto afectados por ella.
También la disciplina es fundamental en el entrenamiento, afirma Ferrer, quien no se apresura a pronosticar resultados en una confrontación que sabe dependerá de situaciones muy específicas en cada juego, habida cuenta ambos conjuntos destacan por su ofensiva y discreto pitcheo, mientras que están parejos numéricamente en el fildeo, aunque se sabe que este puede ser un factor sorpresivo, que incline la balanza, como le sucedió a Matanzas en sus dos primeras confrontaciones con los Leñadores en las que cometió 9 pifias definitorias en los respectivos marcadores.
Es por eso que los Cocodrilos se esmeran en la grama del victoria de Girón para afinar la puntería en los tiros a las bases, doblar la cintura para evitar que se escapen roletazos hacia los jardines y sincronizar bien las jugadas de doble matanza, que involucran al tercera base al torpedeo, al camarero y al inicialista.
Un vistazo a las estadísticas de la campaña, antes de los play off
Matanzas exhibe bateo colectivo de 294 con OBP de 391. Muestra 109 dobletes conectados, 7 triples y 55 cuadrangulares durante la temporada clasificatoria.
Los mejores al bate: Jefferson Delgado 354, Yariel Duque 358, Eduardo Blanco 306, Javier Camero 306, Ariel Sánchez 314, Juan Miguel Vázquez 340, Aníbal Medina 317. A ellos hay que añadir tres nombres esenciales en la Gran Final: Yadil Mujica, Yadir Drake y Erisbel Arruebarruena.
En el decisivo departamento de pitcheo, los matanceros presentan average promedio de 278, con sus mejores resultados en Joanni Yera, Noelvis Entenza, Renner Rivero, Naykel Cruz, Joel Suárez, Armando Dueñas y David Mena
En fildeo el promedio es de 977, uno de los mejores de la temporada…
Por su parte, en general Granma cuenta con resultados discretamente superiores en algunos departamentos ofensivos: Average medio de 314, OBP, 411, dobles 151, triples 9 y cuadrangulares 51.
Los mejores alazanes con el madero son: José Avilés 377; Iván Prieto 337, Carlos Benítez 347, Osvaldo Abreu 348, Antonio González 318. Alfredo Cedeño 331 y Raico Santos 350
El pitcheo granmense exhibe un average de 298, y en fildeo el equipo compila 976, guarismos muy parecidos entre ambos conjuntos.
Los mejores en el montículo oriental: Lázaro Blanco, Leandro Martínez, Joel Mojen y Kelbis Rodríguez.
Por supuesto, la postemporada plantea siempre a los mentores salir de la rutina táctica e improvisar, tomando en cuenta que hay que vencer ganando juego a juego en una serie de solo siete partidos en la que robarse la arrancada es importante, pero no decide, como le sucedió a Las Tunas frente a Matanzas.(TVY)(Estadísticas sitio del béisbol cubano y archivos del redactor)(23/03/21).
